viernes, 28 de septiembre de 2007


Campaña 100 días de avivamiento, día 13:
2 Pedro 1: 3-15:
"1.1 Primera de Pedro se escribió por la época en que el emperador romano Nerón inició su sanguinaria persecución de los cristianos. Segunda de Pedro se escribió dos o tres años más tarde (entre 66–68 d.C.), después que se intensificó la persecución. Primera de Pedro fue una carta de aliento para los cristianos que sufrían, pero Segunda de Pedro enfoca los problemas internos de la iglesia. Sobre todo se refiere a los falsos maestros que causaban dudas y alejamiento del cristianismo. Segunda de Pedro combate sus herejías denunciando los móviles malignos de los falsos maestros y reafirma las verdades cristianas: la autoridad de las Escrituras, la primacía de la fe y la certeza del regreso de Cristo.
1.2 Muchos creyentes quieren más de la gracia y la paz de Dios, pero no están dispuestos a esforzarse por conocerlo mejor mediante el estudio bíblico y la oración. Para disfrutar de los privilegios que Dios ofrece generosamente, tenemos «el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesucristo».
1.3, 4 El poder para crecer no viene de nuestro interior sino de Dios. Como no tenemos los recursos para ser verdaderamente espirituales, Dios nos permite «ser participantes de su naturaleza divina» a fin de protegernos del pecado y ayudarnos a vivir para Él. Cuando nacemos de nuevo, por medio de su Espíritu Dios nos capacita con su propia bondad moral. Véanse Juan 3.6; 14.17–23; 2 Corintios 5.21 y 1 Pedro 1.22, 23.
1.5–9 La fe tiene que ser más que creer en hechos ciertos; debe traducirse en acción, en desarrollo del carácter cristiano y en la práctica de la disciplina moral, o desaparecerá (Santiago 2.14–17). Pedro hace una lista de varios actos de fe: aprender a conocer mejor a Dios, cultivar la paciencia, hacer la voluntad de Dios, amar a los demás. Esos actos no se producen automáticamente; requieren arduo trabajo. No son opcionales; deben de ser parte constante de la vida cristiana. No terminamos con uno para luego empezar con el otro sino que nos ocupamos de todos juntos. Dios nos capacita y autoriza, pero nos da también la responsabilidad de aprender y crecer. No debemos sorprendernos ni resentirnos por el proceso.
1.6 Los falsos maestros decían que no era necesario el dominio propio porque las obras no ayudan a creer (2.19). Es verdad que las obras no pueden salvarnos, pero es absolutamente falso pensar que no son importantes. Somos salvos de modo que podemos crecer a la semejanza de Cristo y eso nos ayuda a servir a los demás. Dios quiere producir en nosotros su carácter amoroso; pero para hacerlo exige nuestra disciplina y nuestro esfuerzo. Cuando obedecemos a Cristo con la dirección de su Espíritu, cultivaremos el dominio propio, no sólo respecto a la comida y bebida, sino también con respecto a nuestras emociones.
1.9 Nuestra fe debe ir más allá de lo que creemos para convertirse en parte dinámica de nuestra vida, resultando en buenas obras y en madurez espiritual. La salvación no depende de las buenas obras pero se manifiesta en buenas obras. Una persona que dice que es salva, sin manifestar cambios, puede ser que no haya entendido lo que es la fe o lo que Dios nos ha dado.
1.10 Pedro quiso despertar a los creyentes satisfechos de sí mismos que habían prestado atención a los falsos maestros y que creían que, como la salvación no se basaba en buenas obras, podían vivir como quisieran. Si usted es de Dios, dice Pedro, lo probará su arduo trabajo. Si no se esfuerza por cultivar las cualidades mencionadas en 1.5–7, posiblemente no es de Él. Si usted pertenece al Señor, y su arduo trabajo respalda su afirmación de haber sido elegido por Dios («vocación y elección»), nunca será descarriado por los falsos maestros o el encanto del pecado.
1.12-15 Los entrenadores experimentados revisan constantemente lo fundamental del deporte con los integrantes de su equipo, y los buenos deportistas pueden ejecutar lo fundamental constantemente bien. En nuestra vida espiritual no debemos pasar por alto los fundamentos de nuestra fe cuando nos dedicamos a un estudio más profundo de las verdades bíblicas. Así como un deportista necesita practicar siempre, nosotros también necesitamos recordar constantemente los fundamentos de nuestra fe y sobre todo cómo llegamos a creer. No se canse ni impaciente con los mensajes relacionados con los fundamentos de la vida cristiana. Más bien, adopte la actitud del deportista que continúa la práctica y desarrolla lo fundamental aunque esté dedicado a aprender técnicas más avanzadas".

(Biblia del diario vivir)

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Campaña 100 días de avivamiento, día 11:

Marcos 16: 1-20:
La resurrección es el evento más importante y trascendental de la historia. Los mismos hombres y mujeres más cercanos Al Señor, no creyeron en la promesa que Él había hecho de que resucitaría al tercer día. Desde muchos siglos antes, los profetas habían anunciado que la muerte no podría retenerlo y que sería vencida. Cuando las mujeres fueron esa mañana a ungir el cuerpo del Señor, estaban seguras de que seguía en la tumba; no se les pasaba por la mente siquiera la posibilidad de que estuviera vivo. María Magdalena fue la primera persona en tener el privilegio de encontrarse con Él, la primera en verlo resucitado, y elegida para ir a anunciar a los discípulos sobre este hecho. Al escuchar sus palabras los discípulos no le creyeron, como tampoco creyeron a los dos discípulos que luego también lo vieron y les contaron. Cuando El mismo Señor se les apareció, les reprochó su incredulidad y su dureza de corazón. Nosotros también tenemos que luchar contra estos dos problemas espirituales: incredulidad y dureza de corazón, que nos pueden impedir disfrutar de las promesas del Señor, ver Su gloria, y ser instrumentos efectivos para anunciar al mundo sobre la resurrección. Esto es lo que el mundo realmente necesita: conocer Al resucitado, recibir la vida nueva que Él ofrece, y nosotros los que le hemos conocido; somos los privilegiados que tenemos la oportunidad de ser Sus mensajeros, que anunciemos al mundo y demos a conocer Al resucitado. Renunciemos a la incredulidad y a la dureza de corazón, y dejemos que El Señor nos convierta en poderosos instrumentos en Sus manos.

"16.6 La resurrección es de vital importancia por varias razones: (1) Jesús cumplió su promesa de levantarse de entre los muertos, por lo cual podemos creer que Él cumplirá todas sus otras promesas. (2) La resurrección nos asegura que el gobernador del eterno Reino de Dios será el Cristo viviente, no una idea, ni una esperanza, ni un sueño. (3) Al levantarse de la muerte, Cristo nos asegura que también resucitaremos. (4) El poder de Dios que levantó el cuerpo de Cristo de la muerte está vigente para traer de nuevo a la vida nuestra moralidad y nuestra espiritualidad que están muertas, cambiándonos y haciéndonos crecer (1 Corintios 15.12–19). (5) La resurrección es parte esencial del testimonio de la Iglesia ante el mundo. Nosotros no solo contamos lecciones de la vida de un buen profesor, sino que proclamamos la realidad de la resurrección de Cristo Jesús.
16.7 El ángel hizo mención especial de Pedro para mostrar que, a pesar de la negación de este, Jesús no lo había negado. Él seguía teniendo reservadas para Pedro grandes responsabilidades en la Iglesia que aún no había nacido.16.7 El ángel dijo a los discípulos que se reunieran con Jesús en Galilea, tal como Él mismo se los dijo antes (Marcos 14.28). Allí fue donde llamó a varios de ellos para que fueran «pescadores de hombres» (Mateo 4.19) y allí sería donde esta misión se reestablecería (Juan 21). Pero los discípulos, llenos de temor, se mantuvieron tras puertas fuertemente cerradas en Jerusalén (Juan 20.19). Jesús se reunió con ellos primero en Jerusalén (Lucas 24.36) y más tarde en Galilea (Juan 21). Luego regresó a Jerusalén desde donde ascendió a los cielos desde el Monte de los Olivos (Hechos 1.12)"
(Biblia del diario vivir)

martes, 25 de septiembre de 2007



Campaña 100 días de avivamiento, día 10:
Tito 1: 1- 15:
El buen fruto en el cristiano significa, pensamientos, actitudes, palabras y acciones que agradan al Señor, y que edifican nuestras vidas. En este capítulo de su carta a Tito, el apóstol Pablo enseña sobre las actitudes correctas hacia los gobernantes y autoridades (sujetarnos), hacia todos los hombres (no ser pendencieros, ser amables, mostrar mansedumbre). Esto es posible para nosotros, aunque en nuestra vida sin Cristo eramos "insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros" (v. 3); porque El Señor nos salvó no solamente de la condenación eterna, sino también de esa manera de vivir sin sentido; por medio de su obra: "sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, 7 para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna" (v. 5- 7). Esta maravillosa realidad es la que nos permite vivir hoy dando buen fruto, es decir practicando las buenas obras en El Señor: "para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres" (v. 8), "Y aprendan también los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto" (v. 14).

"1.1 Pablo escribió esta carta en el lapso entre su primera y segunda prisión en Roma (antes escribió 2 Timoteo) para asesorar a Tito en su labor con las iglesias en la isla de Creta. Pablo había visitado Creta con Tito y lo dejó allí para ministrar (1.5). Creta fue un centro de entrenamiento para los soldados romanos. Por lo tanto, hubo una considerable influencia pagana en esta isla pequeña. Por esta razón, la iglesia en Creta necesitó un liderazgo sólido.1.1 En una frase corta, Pablo nos da una percepción clara de su razón para vivir. Se llama a sí mismo un siervo (o esclavo) de Dios, esto es, uno que está dedicado a obedecer a Dios. Esta obediencia lo condujo a usar su vida para predicar el mensaje de Cristo. ¿Cómo describiría usted su propósito en la vida? ¿A qué ofrece su devoción? Para mayor información relacionada con Pablo, véase en Hechos 9.1.1 Pablo se autotitulaba «apóstol». Aunque no había sido uno de los primeros doce, Dios lo comisionó para llevar las buenas nuevas a los gentiles (véase en Hechos 9.1–16 los detalles de su llamado). La palabra apóstol significa enviado. «Escogido de Dios» se refiere a la elección de Dios por su pueblo, la Iglesia.
1.2 Aparentemente, la mentira era algo muy común en Creta (1.12). Pablo deja en claro al comenzar de que Dios no miente. El fundamento de nuestra fe es confiar en la persona de Dios. Porque Él es verdad, es la fuente de toda verdad y no puede mentir. Creer en Él nos conduce a la piedad, un estilo de vida honorable (1.1). La vida eterna que Dios ha prometido será nuestra porque Él cumple con sus promesas. Construya su fe sobre el fundamento del Dios confiable, el que nunca miente.
1.3 Dios es llamado «nuestro Salvador» (1.3), tal como sucedió con Jesucristo (1.4). «Dios» se refiere al Padre. Jesús cumplió con la obra de salvación al morir por nuestros pecados y por lo tanto es nuestro Salvador. Dios planeó la obra de salvación y el perdón de nuestros pecados. Tanto el Padre como el Hijo actuaron para salvarnos de nuestros pecados.
1.4 Tito, un griego, fue uno de los colaboradores de Pablo en el que más confió y del que más dependió. Pablo envió a Tito a Corinto en varias misiones especiales para ayudar a la iglesia en sus problemas (2 Corintios 7; 8). Pablo y Tito también viajaron juntos a Jerusalén (Gálatas 2.3) y a Creta (1.5). Pablo dejó a Tito allí para que guiara en su desarrollo a las nuevas iglesias sobre la isla. La última vez que Pablo menciona a Tito es en 2 Timoteo 4.10, su última carta registrada. Tito tenía la habilidad para liderar, por lo tanto Pablo le dio la responsabilidad de conducir, alentándolo a que usara bien sus habilidades.
1.5 Creta, una isla pequeña en el Mar Mediterráneo, tenía una población numerosa de judíos. Las iglesias allí probablemente fueron fundadas por judíos de Creta, los que habían estado en Jerusalén durante Pentecostés (Hechos 2.11) mucho más de treinta años antes de que Pablo escribiera esta carta.1.5 El trabajo que faltaba era establecer una correcta enseñanza y establecer ancianos en cada ciudad.1.5 Pablo había elegido ancianos en varias iglesias (Hechos 14.23). Él no podía permanecer en cada una de ellas, pero conocía que estas nuevas iglesias necesitaban un sólido liderazgo espiritual. Estos hombres guiaron las iglesias enseñando la sana doctrina, ayudaron a los creyentes a madurar espiritualmente y los equiparon para vivir por Jesús a pesar de la oposición.1.5–9 Pablo describe brevemente las cualidades que un anciano debiera tener. Él había dado instrucciones similares a Timoteo para que las aplicara en la iglesia de Éfeso (véanse 1 Timoteo 3.1–7; 5.22). Note que gran parte de las cualidades tiene que ver con el carácter de los ancianos, no con su conocimiento o habilidad. La forma de vida de una persona y sus relaciones es una ventana abierta para ver su carácter. Considere estas cualidades a medida que usted evalúa a una persona para una posición de liderazgo. Si bien es cierto que es importante tener un anciano o un pastor que pueda predicar con efectividad la Palabra de Dios, es aún mucho más importante tener a uno que pueda vivir la Palabra de Dios y ser un ejemplo para que otros lo puedan seguir".
(Biblia del diario vivir)

lunes, 24 de septiembre de 2007


Campaña 100 días de avivamiento, día 9:
Juan 15: 9- 17:
El amor incondicional e inmutable del Señor, es el fundamento de nuestra relación con Él. Si podemos "permanecer" en Él y en Su amor, es gracias a ese amor y a la obra redentora que llevó a cabo en la cruz, al dar su vida por nosotros "sus amigos": "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. 15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer" (v. 13- 15). La relación que tenemos ahora con Él es la de amigos, y no la de siervos; Él desea darnos a conocer lo que hace, quiere que lo conozcamos de una manera personal y profunda, que seamos muy cercanos a Él, que tengamos confianza y lo amemos como Él nos amó a nosotros. Lo que espera de nosotros nuestro amado Señor, es que vivamos para Él. Nos eligió para que llevemos fruto, y el primer fruto que produce nuestra vida cuando nos relacionamos con Él de la manera adecuada, es el verdadero amor hacia Él y los unos por los otros; un amor de entrega y compromiso, un amor no de palabras, un amor no de apariencias.
15.11 Cuando todo va bien, nos sentimos jubilosos. Cuando se presentan las dificultades, nos hundimos en depresión. Pero el verdadero gozo trasciende las olas agitadas de las circunstancias. El gozo viene de una firme relación con Jesucristo. Cuando nuestras vidas están entrelazadas con la de Cristo, Él nos ayuda a atravesar la adversidad sin hundirnos en depresiones debilitantes y administrar la prosperidad sin trasladarnos a alturas engañosas. El gozo de vivir con Jesucristo cada día nos mantendrá equilibrados a pesar de los altibajos de nuestras circunstancias.
15.12,13 Debemos amarnos unos a otros como nos amó Jesús, y Él nos amó tanto que dio su vida por nosotros. Tal vez no sea necesario que demos nuestra vida por otro, pero existen otras formas de practicar el amor sacrificial: escuchar, ayudar, alentar, dar. Piense en alguien en particular que necesite hoy esta clase de amor. Déle todo el amor que pueda y luego trate de dar un poco más. 15.15 Como Jesucristo es Señor y Amo, debiera llamarnos siervos; pero nos llama amigos. Cuánto consuelo y seguridad nos da que el Señor nos haya escogido como amigos de Cristo. Como Él es Señor y Amo, le debemos nuestra obediencia plena. Pero por sobre todo, Jesús nos pide que le obedezcamos por amor. 15.16 Jesús tomó la primera decisión: amar y morir por nosotros, invitarnos a vivir con Él para siempre. Nos toca a nosotros la siguiente decisión: aceptar o rechazar su oferta. Sin la decisión de Él, no nos quedaría alternativa.
15.17 Los cristianos recibirán bastante odio del mundo; entre nosotros lo que debemos darnos es amor y apoyo. ¿Permite usted que un problema pequeño le impida amar a otro creyente? Jesús le ordena amarlo y le dará la fortaleza necesaria para hacerlo".
(Biblia del diario vivir)

sábado, 22 de septiembre de 2007

Campaña 100 días de avivamiento, día 7:
El fin de semana repasamos y profundizamos en los pasajes que estudiamos en la semana. Es muy importante escribir en el cuaderno de devocionales, las enseñanzas específicas para aplicar en nuestra vida.

viernes, 21 de septiembre de 2007


Campaña 100 días de avivamiento, día 6:
2 Corintios 5: 14- 21:
Es el amor de Cristo el que nos mueve, nos impulsa, nos hace actuar y vivir siguiendo Su ejemplo de entrega, de amor, de santidad: "y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos" (v. 15). Esta es precisamente la esencia de la verdadera vida Cristiana: vivir para Cristo, entregando todo nuestro ser a Aquel que se entregó por nosotros, lo que redunda en una vida como la Suya; basada en el amor y la entrega a los demás. No es simplemente una filosofía, creencia o religión; es una manera de vivir que resulta de la renovación interior, de la nueva relación con Él, de la sanidad y libertad que Él ganó para nosotros como resultado de su muerte en la cruz en nuestro lugar: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (v. 17). No es simplemente un cambio externo, es en esencia, un cambio de naturaleza que se manifiesta en nuestra nueva manera de pensar, de relacionarnos y de actuar. "Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación" (v. 18, 19). Esta vida nueva es posible, gracias a la "reconciliación" con Dios; que consiste precisamente en que, habiendo estado separados de Él por nuestro pecado, tenemos ahora una nueva posición ante Él (la de hijos), y una nueva relación (podemos conocerlo y amarlo realmente).
"El apóstol estaba tan asombrado del amor de Cristo que servirle y honrarle llegó a ser el motivo controlador de su vida. En los versículos 14–17 describe este amor que llevó a Cristo a la cruz para morir por los pecadores. ¿Por qué murió? Para que nosotros vivamos por Él (1 Jn 4.9); para que vivamos juntamente con Él (1 Ts 5.10); y para que vivamos para Él (2 Co 5.15). No puede haber egoísmo en el corazón del cristiano que entiende el amor de Cristo.
Uno de los problemas de Corinto era que los creyentes juzgaban según la carne (1 Co 4.1–7). Comparaban a Pablo con otros maestros y usaban juicio carnal en lugar de discernimiento espiritual. Se olvidaban de que la vida cristiana es una nueva creación con nuevos valores y nuevos motivos. Es incorrecto juzgar a Cristo según la carne; o sea, mirarle (como el mundo lo hace) solamente como un gran maestro o ejemplo. Pablo, como rabí judío inconverso, quizás miró a Cristo según la carne. Pero cuando vio al Cristo glorificado, cambió su punto de vista. Debemos tener una evaluación espiritual basada en la Palabra de Dios. Otros maestros dijeron que Pablo se promovía a sí mismo; juzgaban según la carne y demostraban así que les faltaba ese amor de Cristo como la fuerza controladora de sus vidas. Hemos visto tres motivos que controlaban la vida y ministerio de Pablo; su confianza en el cielo, su preocupación por agradar a Cristo y su exigencia de amor. Había un cuarto motivo: la comisión que Pablo había recibido de Dios. ¡Pablo era un embajador de Cristo! Su mensaje era de paz: Dios había pagado el precio por el pecado; Dios no estaba en guerra contra los pecadores; los pecadores ahora podían creer y ser salvos. ¡Qué tremendo mensaje! Considere algunos hechos en cuanto a los embajadores.
(1) Los embajadores son escogidos y Cristo había escogido a Pablo para ser su representante. Pablo no se representaba a sí mismo (véase 4.5). Su mensaje era el evangelio que Cristo le encomendó (1 Ts 2.4). Su meta era agradar a Cristo y ser fiel a la tarea que se le dio.
(2) A los embajadores se les protege. Un embajador debe ser ciudadano de la nación que representa, y Pablo (como lo es todo cristiano) era un ciudadano del cielo (véase Flp 3.20). La nación suple a sus embajadores de todo lo necesario y está lista para protegerlos. De la misma manera Cristo suplió toda necesidad de Pablo y estuvo con él en toda crisis.
(3) A los embajadores se les considera responsables. Los embajadores representan a sus países y dicen lo que se les instruye. Saben que un día deben rendir cuenta de su trabajo.
(4) A los embajadores se les llama de regreso si se declara guerra. Dios todavía no ha declarado guerra a este perverso mundo, pero un día lo hará. Hay un día venidero de la ira (1 Ts 1.10) que juzgará a los malos, pero los cristianos serán llevados a su hogar antes de que llegue ese día (1 Ts 5.1–10). La Iglesia, los embajadores de Dios, no atravesarán la tribulación.
El mensaje de la iglesia de hoy es de reconciliación: Dios reconcilió al mundo consigo mismo por Cristo en la cruz y está dispuesto a salvar a todos los que confían en su Hijo. Nuestro mensaje no es de reforma social (aunque el evangelio transforma vidas, Tit 2.11–15); el nuestro es un mensaje de regeneración espiritual. Representamos a Cristo al invitar al perdido a que le reciba. ¡Qué privilegio... qué responsabilidad!
Todos los creyentes son embajadores, sea que aceptemos la comisión o no. «Como el Padre me envió, así también yo os envío», dijo Cristo (Jn 20.21). Asegurémonos de que nuestro mensaje, métodos y motivos sean los correctos, de modo que nuestra obra pueda ser duradera y resista la prueba de fuego cuando estemos ante Él".
(Bosquejos expositivos de la Biblia)

jueves, 20 de septiembre de 2007


Campaña 100 días de avivamiento,
Día 5: 1 Pedro 1: 3- 23:
El apóstol Pedro nos enseña sobre la nueva vida que tenemos en Cristo. En esta vida nueva, hemos sido "renacidos a una esperanza viva" (v. 3), que está fundamentada en la herencia que como a hijos, nos ha dado El Señor. Esta herencia es "incorruptible, incontaminada e inmarcesible" (v. 4). En nuestro andar somos "guardados por el poder de Dios" (v. 5), esto por medio de la fe ya que somos llamados a vivir por fe. Nuestra fe es probada por medio de las pruebas, para que sea "afinada como el oro" (v. 6- 9). Todas estas cosas que se relacionan con nuestra salvación, fueron prometidas por El Señor y anunciadas por los profetas desde tiempos antiguos; mostrando así que hacen parte de un maravilloso plan de redención y salvación (v. 10- 12). Lo que ahora debemos hacer es "ceñir los lomos de nuestro entendimiento, ser sobrios, y esperar por completo en la gracia" y "como hijos obedientes, ser santos" (v. 13- 23), viviendo como lo que somos (apartados para Dios).

"1.3 El término renacer se refiere al nacimiento espiritual (regeneración), el acto del Espíritu Santo de llevar creyentes a la familia de Dios. Jesús empleó este término cuando le explicó a Nicodemo lo que es la salvación (véase Juan 3).1.3–6 ¿Necesita usted aliento? Las palabras de Pedro ofrecen gozo y esperanza en tiempos de problemas, y él basa su confianza en lo que Dios está haciendo por nosotros en Jesucristo. Se nos llama a una esperanza viva de la vida eterna (1.3). Nuestra esperanza no es solo futurista; la vida eterna empieza cuando creemos en Dios y nos unimos a su familia. Por mucha aflicción o prueba que estemos pasando en la vida, sabemos que no es nuestra experiencia definitiva. Finalmente viviremos con Cristo para siempre.
1.4 Los judíos habían mirado a su herencia en la tierra prometida de Canaán (Números 32.19; Deuteronomio 2.12; 19.9). Los cristianos ahora miran a su herencia familiar en la eterna ciudad de Dios. Dios ha reservado esa herencia que nunca se desvanecerá ni decaerá; tampoco será manchada por el pecado. Lo mejor es que usted tiene una herencia si confía en Cristo como su Salvador.
1.5 Dios nos ayudará a permanecer fieles a nuestra fe sin importar los momentos difíciles que afrontemos. El «tiempo postrero» es el día del juicio de Cristo descrito en Romanos 14.10 y Apocalipsis 20.11–15. Podríamos tener que soportar dificultades, persecución o muerte violenta, pero no se ha de dañar nuestra alma si hemos aceptado el don de salvación de parte de Cristo. Sabemos que recibiremos la recompensa prometida.
1.6 ¿Por qué fueron los cristianos objeto de persecución? (1) Se negaron a adorar al emperador como un dios y por lo tanto se les consideraba ateos y traidores. (2) Se negaron a adorar en los templos paganos, de modo que los negocios en los templos perdían dinero donde muchos se convertían al cristianismo. (3) No apoyaron los ideales de Roma del ego, poder y conquista; y los romanos rechazaron el ideal cristiano del servicio altruista. (4) Pusieron al descubierto y rechazaron la terrible inmoralidad de la cultura pagana.1.6, 7 Pedro menciona el sufrimiento varias veces en esta carta: 1.6, 7; 3.13–17; 4.12–19; 5.9. Cuando él habla de pruebas, no se refiere a los desastres naturales ni a los castigos de Dios, sino a la reacción de un mundo incrédulo a las personas de fe. Todos los creyentes se enfrentan ese tipo de pruebas cuando dejan que su luz brille en medio de las tinieblas. Debemos aceptar las pruebas como parte del proceso de refinamiento que consume las impurezas, y nos prepara para nuestra reunión con Cristo. Las pruebas nos enseñan a ser pacientes (Romanos 5.3, 4; Santiago 1.2, 3) y nos ayudan a crecer para ser la clase de personas que Dios quiere que seamos.
1.7 Se calienta el oro para que suban las impurezas y así poder quitarlas, y asimismo se calienta el acero. De igual manera, nuestras pruebas, dificultades y persecuciones fortalecen nuestra fe y nos hacen útiles para Dios".
(Biblia del diario vivir)

miércoles, 19 de septiembre de 2007



1 Corintios 15: 1-26:
El suceso más importante y trascendental de la historia fue la resurrección del Señor Jesucristo. El personaje más importante de la historia, que produjo el mayor impacto benéfico, que partió en dos la historia; nació para morir por nosotros ("Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" - Juan 3: 16). Pero Él no se quedó muerto, resucitó como lo confirma el testimonio del apóstol Pablo, y el de miles de hombres y mujeres,que llegaron a dar su vida por anunciar esta extraordinaria realidad. Como queda muy bien establecido en este pasaje de la Escritura; la resurrección es la base misma de nuestra fe, sin la cual nada tendría sentido. No creemos y anunciamos sencillamente una religión o filosofía; creemos en El Dios vivo, que murió habiéndose encarnado como hombre para llevar nuestros pecados en la cruz, y resucitó venciendo la muerte, al pecado y sus consecuencias. Esto es lo que hace que nuestra experiencia con Jesús, sea una vida abundante y plena, que podemos y debemos anunciar a todos los que no lo conocen, para que también reciban vida en Jesús.

"15.5–8 Siempre habrá personas que digan que Jesús no resucitó. Pablo nos asegura que muchas personas vieron a Jesús después de su resurrección: Pedro, los discípulos (los doce), más de quinientos creyentes (muchos de los cuales vivían al momento en que Pablo escribió esto, aunque otros murieron); Santiago (el hermano de Jesús), todos los apóstoles y por último Pablo mismo. La resurrección es un hecho histórico. No se desaliente por causa de los incrédulos, los que niegan la resurrección. Llénese de esperanza porque un día usted y ellos verán la prueba viviente, cuando Cristo vuelva. (Para más evidencias sobre la resurrección, véase el diagrama en Marcos 16.)
15.7 Esta persona quizás fue Santiago, el hermano de Jesús, que inicialmente no creyó que este era el Mesías (Juan 7.5). Pero luego de ver al Jesús resucitado, se convirtió en creyente y después en líder de la iglesia en Jerusalén (Hechos 15.13). También escribió el libro de Santiago en el Nuevo Testamento.
15.8, 9 La credencial más importante de Pablo como apóstol era que fue un testigo presencial del Cristo resucitado (véase Hechos 9.3–6). «Abortivo» significa que el suyo fue un caso especial. Los demás apóstoles vieron a Jesús en persona. Pablo era de la generación siguiente de creyentes, aun Cristo se le apareció.
15.9–10 Como fariseo celoso, Pablo llegó a ser enemigo de la iglesia cristiana hasta el punto de capturar y perseguir creyentes (véase Hechos 9.1–3). Esta es la razón por la que se considera indigno de ser llamado apóstol de Cristo. A pesar de ser el más influyente de los apóstoles, Pablo era profundamente humilde. Sabía que había trabajado duro y que había logrado mucho, pero esto debido a que Dios derramó su gracia sobre él. La verdadera humildad no radica en convencerse de que uno no es valioso sino de que Dios obra en nosotros. Es mantener la perspectiva de Dios en quién es usted y reconocer su gracia en el desarrollo de sus habilidades.
15.10 Pablo manifiesta haber trabajado más que los demás apóstoles. Esta no es una declaración petulante, porque sabía que su poder procedía de Dios y que no importaba quién trabajara más que los demás. Debido a su posición prominente como fariseo, la conversión de Pablo lo hizo objeto de una mayor persecución en comparación con los otros apóstoles, siendo esta la razón por la que trabajó más fuerte en la predicación del mismo mensaje.
15.12ss La mayoría de los griegos no creían en la resurrección corporal de las personas. Veían la vida venidera como algo que sólo se relacionaba con el alma. De acuerdo a la filosofía griega, el alma era la persona real, aprisionada en el cuerpo físico, y en la muerte quedaba liberada. No había inmortalidad para el cuerpo sino que el alma entraba en un estado eterno. En las Escrituras, al contrario, el cuerpo y el alma se unificarán después de la resurrección. La iglesia en Corinto se hallaba en el corazón de la cultura griega. Por eso muchos creyentes tuvieron dificultad para creer en la resurrección corporal. Pablo escribió esta parte de su carta para resolver esta confusión acerca de la resurrección.
15.13-18 La resurrección de Cristo es el centro de la fe cristiana. Como Cristo resucitó de la muerte, como prometió, sabemos que dijo la verdad: Él es Dios. Como resucitó, su muerte por nuestras pecados fue válida y somos perdonados. Porque resucitó vive e intercede por nosotros. Porque resucitó y venció la muerte, sabemos que también nosotros resucitaremos.
15.19 ¿Por qué Pablo dice que seríamos los más miserables si sólo el ser cristianos fuera lo de más valor en esta vida? En los días de Pablo, el cristianismo implicaba con frecuencia persecución para toda persona, ostracismo de la familia, y en muchos casos, pobreza. Había muy pocos beneficios tangibles para el cristiano en esa sociedad. Definitivamente no significaba ascender en la escala social o profesional. Sin embargo, había algo mucho más importante, si Jesús no hubiera resucitado de la muerte, los cristianos no habrían podido obtener el perdón de sus pecados y por lo tanto no tendrían esperanza de vida eterna.
15.20 Primicia era la primera parte de las cosechas que los judíos traían al templo como ofrenda (Levítico 23.10ss). Aunque Cristo no fue el primero en resucitar de la muerte (Él resucitó a Lázaro y otros), fue el primero que nunca volvió a morir. Él es el precursor, la prueba de nuestra resurrección a la vida eterna.
15.21 La muerte vino como resultado del pecado de Adán y Eva. En Romanos 5.12–21, Pablo explica por qué el pecado de Adán trajo pecado a todos, cómo la muerte y el pecado se esparcieron entre todos los seres humanos por causa del primer pecado, y el paralelo existente entre la muerte de Adán y la de Cristo".
(Biblia del diario vivir)

lunes, 17 de septiembre de 2007


CAMPAÑA 100 DÍAS DE AVIVAMIENTO, DÍA 2:
Juan 15: 1-8:
En su último mensaje antes de morir, El Señor Jesucristo enseñó a sus discípulos sobre la relación "viva" que ellos tenían y debían desarrollar con Él. Les enseñó que El Padre es el labrador, el dueño de la viña, el que la cuida. Él (El Señor Jesús) es la vid, el tronco, la planta. Nosotros somos los pámpanos, las ramas, los que debemos producir el fruto. Fue claro y directo al expresar que nosotros no podemos (aunque quisiéramos), producir fruto "por nosotros mismos", si no permanecemos en Él. También está claro en este pasaje, que lo que agrada y glorifica Al Padre, es que nuestra vida sea fructífera, productiva. Estaremos estudiando, profundizando y aplicando estas hermosas enseñanzas durante toda nuestra campaña "100 días de avivamiento"; te animamos a involucrarte, a participar, a disfrutar des este tiempo de despertar espiritual, de "oración eficaz y vida fructífera".
15.1 La vid es una planta prolífica; una sola vid produce muchas uvas. En el Antiguo Testamento, las uvas simbolizaban la capacidad de Israel de llevar fruto haciendo la obra de Dios en la tierra (Salmo 80.8; Isaías 5.1–7; Ezequiel 19.10–14). En la comida de Pascua, el fruto de la vid simbolizaba la bondad de Dios para con su pueblo.
15.2, 3 Jesús establece una diferencia entre dos tipos de poda: (1) quitar, y (2) limpiar las ramas. Las ramas que llevan fruto se limpian a fin de promover el crecimiento. En otras palabras, a veces Dios debe disciplinarnos para fortalecer nuestro carácter y nuestra fe. 15.5. El fruto no se limita a ganar almas. En este capítulo, la oración respondida, el gozo y el amor se mencionan como fruto (15.7, 11, 12). Gálatas 5.22–24 y 2 Pedro 1.5–8 describen frutos adicionales: cualidades del carácter cristiano.
(Biblia del diario vivir).

"15.1–8 El fruto que el labrador celestial desea para su pueblo es la semejanza con Cristo (véase Gl 5.22, 23). Para que una rama sea productiva tiene que ser podada; es decir, sometida a la beneficiosa disciplina del Padre (véase Heb 12.10) y debe mantenerse estrechamente unida a la vid (vv. 4, 5).
15.1 Este séptimo Yo soy, la última autodesignación de Jesús en este Evangelio, se repite en el v. 5, y describe la relación entre Jesús y sus discípulos. Su trasfondo es Isaías 5.1–7, donde se compara a Israel con un viñedo amorosamente cuidado por Dios. Pero a diferencia de Israel, Jesús es la vid verdadera; es decir, real, genuina.
15.7–11 Cuando permanecemos en Cristo nuestras oraciones son efectivas (v. 7), glorificamos a Dios llevando fruto (v. 8), evidenciamos nuestra condición de discípulos (vv. 8–10), y experimentamos la plenitud del gozo al recibir en nuestros corazones el gozo de Cristo (v. 11)".
(Biblia plenitud).

sábado, 15 de septiembre de 2007


Sugerimos repasar lo aprendido en los cinco días anteriores y profundizar un poco. Es importante escribir enseñanzas y lecciones específicas, que podamos aplicar a nuestra vida diaria.

Algunas reflexiones sobre el capítulo 10:
"10.28ss El muro quedó terminado y se restableció el pacto que Dios hizo con su pueblo en los días de Moisés (Deuteronomio 8). En este pacto se encuentran principios que son importantes para nosotros en la actualidad. Nuestra relación con Dios debe ir más allá de asistir a la iglesia y tener devociones regulares. Debe afectar nuestras relaciones (10.30), nuestro tiempo (10.31) y nuestros recursos materiales (10.32–39). Cuando uno decide seguir a Dios, hace una promesa de servirlo de esta forma. Los israelitas se habían apartado del compromiso original de seguir a Dios. Debemos guardar nuestra promesa con Dios en tiempos de adversidad o prosperidad.
10.30 Si el pueblo escogido de Dios iba a testificar por Él en un mundo pagano, necesitaba familias unidas y temerosas de Dios. También, debían evitar cualquier tentación de adorar los ídolos de los pueblos que vivían a su alrededor. Por esto Dios prohibió el matrimonio entre los israelitas y los paganos que vivían en la región (Deuteronomio 7.3, 4). Sin embargo, los israelitas y los paganos a menudo se casaron, y los resultados fueron desastrosos para las familias y para la nación. Siempre el matrimonio con extranjeros llevó al pueblo de Dios a la idolatría (1 Reyes 11.1–11). Cada vez que la nación se apartaba de Dios, perdía su prosperidad e influencia.
10.31 Dios reconoció que la atracción del dinero entraría en conflicto con la necesidad de descansar un día, por lo que se prohibió el comercio dentro de la ciudad el día de reposo. Al decidirse a honrar a Dios en primer lugar, los israelitas estaban rechazando hacer del dinero su Dios. Nuestra cultura a menudo nos hace elegir entre la conveniencia y el beneficio por un lado y el colocar a Dios en primer lugar por el otro. Analice su trabajo y sus hábitos de adoración: ¿Está Dios realmente en primer lugar?"

(Biblia del diario vivir)

viernes, 14 de septiembre de 2007

Nehemías 9 y 10: Preparándonos para los 100 días de avivamiento, oremos con base en esta oración que hicieron los líderes espirituales de Israel, y que está registrada en estos dos capítulo de la Escritura. Tomando las palabras escritas, oremos con ellas en primera persona:
"Nos levantamos, bendecimos a Jehová nuestro Dios desde la eternidad hasta la eternidad; y bendecimos el nombre tuyo, glorioso y alto sobre toda bendición y alabanza. 6 Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran. 7 Tú eres, oh Jehová, el Dios que escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre Abraham; 8 y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo. 9 Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el Mar Rojo; 10 e hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos, y contra todo el pueblo de su tierra, porque sabías que habían procedido con soberbia contra ellos; y te hiciste nombre grande, como en este día. 11 Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio de él en seco; y a sus perseguidores echaste en las profundidades, como una piedra en profundas aguas. 12 Con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de ir. 13 Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos, 14 y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley. 15 Les diste pan del cielo en su hambre, y en su sed les sacaste aguas de la peña; y les dijiste que entrasen a poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano y juraste que se la darías. 16 Mas ellos y nuestros padres fueron soberbios, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos. 17 No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste. 18 Además, cuando hicieron para sí becerro de fundición y dijeron: Este es tu Dios que te hizo subir de Egipto; y cometieron grandes abominaciones, 19 tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de fuego, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir. 20 Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed. 21 Los sustentaste cuarenta años en el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad; sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies. 22 Y les diste reinos y pueblos, y los repartiste por distritos; y poseyeron la tierra de Sehón, la tierra del rey de Hesbón, y la tierra de Og rey de Basán. 23 Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra de la cual habías dicho a sus padres que habían de entrar a poseerla. 24 Y los hijos vinieron y poseyeron la tierra, y humillaste delante de ellos a los moradores del país, a los cananeos, los cuales entregaste en su mano, y a sus reyes, y a los pueblos de la tierra, para que hiciesen de ellos como quisieran. 25 Y tomaron ciudades fortificadas y tierra fértil, y heredaron casas llenas de todo bien, cisternas hechas, viñas y olivares, y muchos árboles frutales; comieron, se saciaron, y se deleitaron en tu gran bondad. 26 Pero te provocaron a ira, y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti, e hicieron grandes abominaciones. 27 entonces los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron. Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tu gran misericordia les enviaste libertadores para que los salvasen de mano de sus enemigos. 28 Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los abandonaste en mano de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías y según tus misericordias muchas veces los libraste. 29 Les amonestaste a que se volviesen a tu ley; mas ellos se llenaron de soberbia, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; se rebelaron, endurecieron su cerviz, y no escucharon. 30 Les soportaste por muchos años, y les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra. 31 Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso. 32 Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el sufrimiento que ha alcanzado a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día. 33 Pero tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo. 34 Nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos y a tus testimonios con que les amonestabas. 35 Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras. 36 He aquí que hoy somos siervos; henos aquí, siervos en la tierra que diste a nuestros padres para que comiesen su fruto y su bien. 37 Y se multiplica su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, quienes se enseñorean sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestros ganados, conforme a su voluntad, y estamos en grande angustia. 38 A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes.
El pacto que firmó el pueblo se encuentra en el capítulo 10, en resumen dicen los versículos 28 y 29:
"Y el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros y cantores, los sirvientes del templo, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, con sus mujeres, sus hijos e hijas, todo el que tenía comprensión y discernimiento, 29 se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protestar y jurar que andarían en la ley de Dios, que fue dada por Moisés siervo de Dios, y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor".
El resto del capítulo 10 narra los detalles de este pacto. Hoy nosotros también debemos hacer pacto con Dios, de obedecerle, buscarlo y vivir conforme a Su palabra.

jueves, 13 de septiembre de 2007


Nehemías 9:
"La oración en el capítulo 9 es un resumen espiritual de la historia de los judíos del AT: la creación (v. 6), el llamado de Abraham (vv. 7–8), el éxodo (vv. 9–14), las experiencias de la nación en el desierto (vv. 15–23), la conquista de la tierra (vv. 24–25), el período de los jueces (vv. 26–29), el período de los profetas hasta el cautiverio (vv. 30–31). «Ahora pues» (v. 32) nos trae al día de Esdras y a la necesidad de la nación de arrepentirse y confesar sus pecados. Note en el versículo 36 que los judíos admiten que las «profecías de liberación» de Isaías y Jeremías no se aplicaban a su regreso del cautiverio. Se aplicarán en una fecha futura cuando Dios reúna a Israel de nuevo en Palestina. El capítulo 10 nos da los nombres de los valientes y consagrados que entraron en pacto con Dios aquel día. Es difícil que se dieran cuenta de que sus nombres quedarían anotados eternamente en la Palabra. En los versículos 28–39 vemos al pueblo aplicando la Palabra a sus vidas diarias. Una cosa es orar y firmar un pacto, y otra muy diferente separarse del mal, enderezar nuestros hogares (vv. 28–30), honrar los mandamientos (v. 31), contribuir para la casa de Dios (vv. 32–33) y servir a Dios con los diezmos y ofrendas (vv. 34–39). Demasiadas «conferencias bíblicas» terminan con la gente emocionada y bendecida, pero sin que obedezcan lo que han oído"
(Bosquejos expositivos de la Biblia)

9.2, 3 Los hebreos practicaban la confesión pública en que reconocían sus pecados. El leer y estudiar la Palabra de Dios precede a la confesión (véase 8.18) debido a que Dios puede mostrarnos por medio de su Palabra en qué estamos pecando. La confesión sincera precede a la verdadera adoración debido a que no podemos tener una correcta relación con Dios si estamos reteniendo ciertos pecados en nuestra vida.
9.7-38 Muchas oraciones y discursos en la Biblia incluyen un extenso resumen de la historia de Israel, ya que los individuos no tenían ejemplares de la Biblia como los tenemos hoy día. Este resumen de las obras de Dios del pasado recordó al pueblo su gran herencia y las promesas de Dios.
Es esencial que recordemos también nuestra historia, para no repetir errores y poder servir mejor a Dios. Recordar nuestro pasado nos ayuda a comprender la forma en la que podemos mejorar nuestra conducta. Nos muestra si hay un patrón para nuestro crecimiento espiritual. Aprenda de las experiencias del pasado para que llegue a ser la clase de persona que Dios quiere que sea.
9.16–21 El que Dios haya continuado con su pueblo nos muestra que su paciencia es sorprendente. A pesar de nuestras fallas, orgullo y tozudez siempre está dispuesto a perdonarnos (9.17) y su Espíritu siempre está listo para instruirnos (9.20). El darnos cuenta del grado del perdón de Dios debe ayudarnos a perdonar a los que nos fallan, hasta «setenta veces siete» si es necesario (Mateo 18.21, 22).
9.28-31 Israel fue devastado por momentos de rebelión y de pecado intensos. Aun así, cuando el pueblo se arrepentía y regresaba a Dios, Él los libraba. Dios no pone límite alguno al número de veces que podemos ir a Él para obtener misericordia, pero para obtenerla debemos ir a Él reconociendo nuestra necesidad y pidiéndole ayuda. Este milagro de gracia debe inspirarnos a decir «¡Cuán clemente y misericordioso eres, Dios!» Si existe un problema o una dificultad recurrente en su vida, continúe pidiendo ayuda a Dios, y esté dispuesto a hacer los cambios de actitud y de conducta que pueden corregir esa dificultad.
9.35 Algunas veces las bendiciones mismas que Dios ha derramado en nosotros hace que nos olvidemos de Él (9.28). A menudo nos vemos tentados a confiar en la riqueza y en la seguridad y no en Dios. Cuando vea lo que le sucedió a los israelitas, observe su propia vida. ¿Las bendiciones que reciben lo hacen estar agradecido y lo acercan a Él o lo hacen sentirse autosuficiente y desmemoriado en cuanto a Dios?
9.36 Los israelitas estaban en la extraña situación de ser esclavos en su propia tierra y tener cada año que dar parte de sus recursos a un rey extranjero. Lo triste es que Dios les había dado la tierra a ellos.
9.38 Esta promesa o pacto entre el pueblo y Dios tenía seis puntos. Acordaron: (1) no casarse con vecinos que no fueran judíos (10.30), (2) observar el día de reposo (10.31), (3) dejar descansar la tierra cada siete años (10.31), (4) pagar una contribución al templo (10.32, 33), (5) suministrar leña para los holocaustos del templo (10.34) y (6) dar primicias al templo (10.35–38). Después de años de decadencia y cautiverio, el pueblo comenzó una vez más a tomar en serio su responsabilidad de seguir a Dios y guardar sus leyes de todo corazón"
(Biblia el diario vivir).

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Nehemías 8: "y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel. 2 Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo. 3 Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley" (v. 1- 3). Una experiencia de renovación espiritual, arrepentimiento y avivamiento; fue el resultado de la lectura y enseñanza de las Escrituras al pueblo reunido durante una mañana entera. En tres versículos se menciona que "el pueblo estaba atento" (v. 3, 5 y 7), y también se menciona que los líderes espirituales "hacían entender al pueblo la ley". Cuando la palabra de Dios es enseñada, entendida y practicada, se producen grandes transformaciones en las personas en las familias y en la comunidad. A través de la historia, donde quiera que ha llegado el mensaje de la Biblia; ha producido reconciliación, sanidad, liberación, restauración y paz. Pero es necesario estudiar y profundizar en ella, y no simplemente contentarse con un conocimiento superficial. Es necesario obedecerla, ponerla en práctica, ajustar la manera de vivir a los principios que en ella encontramos.
"Esdras regresó a Jerusalén para ayudar a Nehemías en la dedicación de las murallas y para santificar al pueblo. No confunda esta escena con la de Esdras 3. Es significativo que se reunieron en la puerta de las Aguas, puesto que esta simboliza la Palabra de Dios (3.26). El pueblo tenía apetito por la Palabra, porque le pidieron a Esdras que trajera el libro y predicara. El primer día del séptimo mes marcaba la Fiesta de las Trompetas; el décimo sería el Día de la Expiación; y del quince al veintidós, la Fiesta de los Tabernáculos (véase Lv 23.23–44). Esdras leyó la Palabra y la explicó durante varias horas, ayudado por los levitas. El versículo 8 describe una perfecta reunión de la iglesia: todo el pueblo se reunió para escuchar, se exaltó la Palabra, el predicador leyó y explicó la Palabra para que la gente pudiera entenderla. El pueblo lloraba al oír la Palabra, aplastados, sin duda dolidos por sus pecados. Pero este debía ser de regocijo. ¡Debían llorar en el Día de la Expiación! Esdras les ordenó que festejaran y se alegraran; véase Eclesiastés 3.4.
Al siguiente día los líderes se reunieron con Esdras y descubrieron la ley respecto a la Fiesta de los Tabernáculos. Proclamaron esta ley por toda la tierra y conforme el pueblo obedeció «hubo alegría muy grande» (v. 17). Hay gozo al oír la Palabra, pero más gozo al obedecerla. El resultado de esta «conferencia bíblica» (celebrada diariamente durante una semana, v. 18) fue una gran convocación de personas convictas en el día veinticuatro del mes. Esdras y los levitas enseñaban tres horas la Palabra y luego guiaban al pueblo en confesión y oración otras tres horas y así todo el día"
(Bosquejos expositivos de la Biblia).

martes, 11 de septiembre de 2007

Nehemías 7:
Ya el proceso de reconstrucción estaba bastante adelantado, el muro estaba terminado y habían organizado al pueblo en funciones y responsabilidades. Son muy importantes los recursos físicos, económicos, los equipos y las estrategias adecuadas; pero de nada sirven si no somos los "hombres y mujeres adecuados". En el versículo 2 habla de un hombre que era "varón de verdad y temeroso de Dios", como necesitamos aprender a ser nosotros. Entonces, todos los planes y todo el trabajo que realicemos tendrán sentido y darán el fruto que deseamos. También debemos "mantener las puertas cerradas para el enemigo", como lo hicieron los habitantes de Jerusalén; que las mantenían "cerradas y atrancadas" hasta que el pueblo estaba preparado, y "Y señalar guardas, cada cual en su turno, y cada uno delante de su casa" (v. 3). La defensa debemos establecerla en cada casa, asumiendo la función de "guardas del muro" que protege nuestra vida, nuestra familia y nuestra ciudad. Asumir los cabezas de familia nuestra responsabilidad, reunirnos a orar, enseñar a nuestros hijos los principios de la palabra de Dios, practicarlos y transmitirlos a nuestros vecinos y amigos; es la manera de proteger nuestro "muro de protección espiritual".

"7.2 La integridad y el temor de Dios eran las características clave que calificaban a estos hombres para gobernar Jerusalén. Uno puede confiar que personas íntegras llevarán a cabo la obra y que si son temerosas de Dios lo harán de acuerdo con las prioridades de Dios. Estos hombres tenían ambas cualidades. Si su responsabilidad es seleccionar líderes, recuerde que la integridad y el temor de Dios son las cualidades más importantes. Si bien otras cualidades impactan más, la integridad y el temor de Dios pasan la prueba del tiempo.
7.3 Las puertas de la ciudad se abrían por lo común al amanecer, permitiendo a los mercaderes entrar y colocar sus tiendas. Nehemías no quería que Jerusalén fuera sorprendida por un ataque enemigo, así que ordenó que las puertas se cerraran hasta mucho tiempo después del amanecer cuando el pueblo ya estuviera despierto y alerta.
7.3 El muro fue terminado, pero la obra no. Nehemías asignó a cada familia la protección de la sección del muro próximo a su casa. Resulta tentador bajar la guardia y descansar en los logros pasados después de haber realizado una gran tarea. Sin embargo, debemos continuar sirviendo y cuidando lo que Dios nos ha encomendado. Seguir con atención el funcionamiento de un proyecto, luego de que este ha concluido, es tan vital como su ejecución".
Biblia del diario vivir)

sábado, 8 de septiembre de 2007


Nehemías 6:
"Cuando oyeron Sanbalat y Tobías y Gesem el árabe, y los demás de nuestros enemigos, que yo había edificado el muro, y que no quedaba en él portillo (aunque hasta aquel tiempo no había puesto las hojas en las puertas), 2 Sanbalat y Gesem enviaron a decirme: Ven y reunámonos en alguna de las aldeas en el campo de Ono. Mas ellos habían pensado hacerme mal. 3 Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros. 4 Y enviaron a mí con el mismo asunto hasta cuatro veces, y yo les respondí de la misma manera" (v. 1-4). Cuando nos decidimos a comprometernos y actuar en la obra de Dios siempre encontraremos oposición, como le ocurrió a Nehemías. Una y otra vez, los enemigos de la obra de Dios intentaron detenerla pero no lo lograron. Los obreros se mantuvieron enfocados, tuvieron discernimiento y lucidez pera entender las estrategias del enemigo, y no se dejaron engañar. Lo mismo debemos hacer nosotros hoy: estar conscientes de nuestra lucha espiritual, esforzarnos en la obra, trabajar y orar, no oír las voces de engaño y confusión, seguir adelante.

"VI. Engaño (6.1–4)
El pueblo volvió a la obra y también el enemigo. Esta vez Sambalat y sus hombres dirigieron sus ataques contra Nehemías, el líder. Muchos en el pueblo de Dios nunca se percatan aquí en la tierra de las tentaciones y pruebas especiales que enfrentan los siervos de Dios día tras día. El liderazgo espiritual es costoso. Sambalat invitó a Nehemías a una reunión amistosa en el campo de Ono y Nehemías rehusó. Los siervos que Dios ha separado no se atreven a «andar en el camino de pecadores» (Sal 1.1). Tenga cuidado con las sonrisas del enemigo, porque Satanás es más peligroso cuando aparece como su amigo que en cualquier otro momento. Cuatro invitaciones vinieron (v. 4) y Nehemías las rehusó todas. «Yo hago una gran obra, y no puedo ir». Siga en la obra cuando Satanás le invita a dejarla y Dios lo bendecirá.
VII. Calumnia (6.5–9)
La quinta vez que vino el mensajero trajo una «carta abierta» llena de acusaciones difamatorias contra Nehemías y su pueblo. «Se dice» es una de las principales armas del diablo. «Dicen» o «he oído» son frases que por lo general preceden chismes y mentiras. ¿Quiénes «dicen»? Nehemías detectó la artimaña y de inmediato puso al descubierto las mentiras de la llamada «carta abierta». Su vida y carácter refutaban cada mentira de la carta. En los versículos 1–4 el enemigo ofreció trabajar con los judíos; aquí, en los versículos 5–9, el enemigo quería difamar el nombre de Nehemías. Nótese cómo Nehemías de nuevo le pidió a Dios que anulara el asunto (v. 9). Los siervos de Dios no pueden impedir que la gente hable de ellos, pero sí pueden cuidar la clase de carácter y testimonio que tienen. Si Nehemías hubiera detenido la obra para defender su reputación, las murallas nunca se hubieran construido.
VIII. Amenazas (6.10–14)
Semaías se encerró en su casa, al parecer temeroso del enemigo, pero en realidad trabajaba para este. ¿Por qué no ayudaba a los judíos a construir la muralla? Vale la pena ser cautelosos con los llamados cristianos que siempre aconsejan, pero que nunca hacen ningún trabajo para Cristo. Pablo advirtió respecto a los falsos hermanos (2 Co 11.26). Semaías le mintió a Nehemías y trató de asustarlo para que acudiera al enemigo en busca de seguridad. Pero Nehemías vio la artimaña y abiertamente refutó las mentiras de Semaías. Otra vez oró pidiendo la ayuda de Dios y enseguida volvió a la obra.
Las murallas quedaron terminadas en cincuenta y dos días. Y el pueblo trabajó durante la temporada de más calor del año. Dios fue glorificado, el enemigo quedó avergonzado (v. 16), pero los judíos comprometidos aún trataban de lograr que Nehemías aceptara a Tobías. Qué carga deben haber sido estos nobles de Judá para el consagrado y valeroso Nehemías. La obra finalizó. ¡La gloria sea para Dios!"
(Bosquejos expositivos de la Biblia)

viernes, 7 de septiembre de 2007

Nehemías 5:
"5.1–5 ¿Quiénes eran estos judíos contra los que había personas resentidas y amargadas? O bien eran (1) judíos que se habían enriquecido en el cautiverio y que habían traído su riqueza a Jerusalén, o (2) descendientes de los judíos que habían llegado casi un siglo antes durante el primer regreso bajo el liderazgo de Zorobabel (Esdras 1, 2) y habían establecido negocios lucrativos.
5.7–9 Muchos de los desterrados que regresaron estaban sufriendo a manos de algunos de sus compatriotas ricos. Estas personas prestaban grandes sumas de dinero. Luego, cuando los deudores se atrasaban en un pago, tomaban sus campos. Sin fuentes de ingreso, los deudores se veían forzados a vender a sus hijos como esclavos, una costumbre común en esa época. Nehemías estaba enojado con aquellos judíos que estaban aprovechándose de su propio pueblo para enriquecerse. Usura es el cobro excesivo de intereses. Estas prácticas violaban la ley (Éxodo 22.25).
5.9–11 El interés de Dios en los pobres se revela en casi todos los libros de la Biblia. Aquí, Nehemías insiste en que la justicia hacia el pobre y hacia el oprimido es importante para seguir a Dios. Los libros de Moisés detallaban con claridad la responsabilidad de los israelitas de ocuparse de los pobres (Éxodo 22.22–27; Levítico 25.35–37; Deuteronomio 14.28–29; 15.7–11) La forma en la que ayudamos a los necesitados debe reflejar el amor y la preocupación de Dios.
5.10 Nehemías dijo a los judíos ricos que dejaran de cargar intereses excesivos en los préstamos que hacían a sus hermanos necesitados. Dios nunca quiso que la gente se beneficiara de las desgracias de otras personas. En contraste con los valores de este mundo, Dios dice que el cuidarse unos a otros es más importante que el beneficio personal. Cuando un hermano o hermana en Cristo sufre, todos sufrimos (1 Corintios 12.26). Debemos ayudar a los creyentes necesitados, no explotarlos. La iglesia de Jerusalén fue alabada por trabajar unida para eliminar la pobreza (Hechos 4.34, 35). Recuerde que «el que da al pobre no tendrá pobreza» (Proverbios 28.27). Ayude a los necesitados que están a su alrededor.
5.13 Era un gesto para expresar una maldición. Nehemías se sacudió el vestido y pronunció que todo aquel que rompiese el voto sería igualmente «sacudido y vacío», y perdería todo lo que tuviera.
5.14,15 En esta digresión, Nehemías hizo una comparación entre sus doce años de gobierno y las injusticias que se cometían en el país antes de que él llegara. El gobernador no era elegido por el pueblo, sino que era designado por el rey de Persia.
5.16 Nehemías dirigió todo el proyecto de la construcción, pero además trabajó en el muro junto con los demás. No era un burócrata que se encerraba en su oficina cómoda, sino un líder que participaba en el trabajo diario. No utilizó su posición para aprovecharse de su pueblo. Un buen líder se mantiene en contacto con la obra que se realiza. Los que son buenos líderes dirigen mejor no sólo por lo que dicen, sino por lo que hacen"
(Biblia del diario vivir)

lunes, 3 de septiembre de 2007

Nehemías 4:

"Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. 2 Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?" (v. 1- 2). Siempre encontraremos enemigos de la obra de Dios, que van a tratar de que nos desanimemos, renunciemos y se detengan la restauración y le edificación del pueblo de Dios. Ya sabemos que nuestra lucha no es contra personas y que las armas que debemos utilizar no son físicas, sino espirituales: "Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta" (2 Corintios 10: 3- 6). Lo que intentaron los enemigos de Nehemías y su equipo, fue desanimarlos, atemorizarlos y confundirlos; tramaron toda una "conspiración" en contra de la obra de Dios. Nehemías supo hacer frente a estos ataques, con oración, organización, planeación; mantuvo a sus hombres alerta y preparados, sin permitir que la obra se detuviera, sin dejarse distraer ni atemorizar: "Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. 5 No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban. 6 Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar" (v. 4- 6). No permitas que la obra de Dios se detenga en tu vida, no dejes que ninguna circunstancia o argumento te haga dejar de "edificar" tu vida espiritual y la de tu familia; sigue adelante en tu relación con Dios y en tu servicio a Él. Actúa y ora, como lo hicieron estos hombres: "Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche" (v. 9). No pelees solo, lucha en equipo con tu familia y con tu iglesia: "Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos" (v. 13). Desecha el temor y el desánimo, recordando las promesas del Señor en Su palabra y enfocándote en Su carácter, en Su poder, en Su autoridad y soberanía: "Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas" (v. 14). ¡Involúcrate activamente en la obra de Dios con tu familia y pelea con ellos la "buena batalla de la fe"!: "Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas. 22 También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día en la obra. 23 Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse" (v. 21- 23).

"I. Ridículo (4.1–6)
El pueblo de Dios siempre tiene enemigos. En este caso fueron Sambalat, un oficial del gobierno en Samaria, Tobías amonita y Gesem el árabe, también llamado Gasmu (6.1, 6). Estos tres perversos hombres no eran israelitas; es más, los amonitas eran definitivamente enemigos de los judíos (Dt 23.3–4). La primer arma que usaron fue ridiculizarlos; se mofaron de los «débiles judíos» ante los líderes de Samaria. Satanás es el burlador (Lc 22.63; 23.35–37). El ridículo es una artimaña usada por gente ignorante llena de celos. Se burlaron del pueblo («débiles judíos»), del plan («¿Acabarán en un día?») y de los materiales («piedras que fueron quemadas»). ¿Cómo les respondió Nehemías? ¡Oró a Dios! Su preocupación sólo era la gloria de Dios y el testimonio de la nación, de modo que no lea venganza personal en su oración (véase Sal 129.19–24). Nótese que el pueblo seguía trabajando mientras oraba, porque la oración no sustituye el trabajo. A Satanás le hubiera encantado ver a Nehemías dejar la muralla y enredarse en una disputa con Sambalat, pero Nehemías no cayó en la trampa de Satanás. Nunca permita que el ridículo le haga dejar su ministerio; «lléveselo al Señor en oración» y continúe trabajando.
II. Fuerza (4.7–9)
Lo que Satanás no puede conseguir mediante el engaño lo hace por la fuerza. ¡Qué confederación de pueblos tenemos en el versículo 7! Y todos conspiraron contra los judíos. Es asombroso cómo el diablo parece nunca carecer de mano de obra. En 2.10 tenemos dos enemigos; tres en 2.19 y una multitud entera en 4.7. Pero «si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?» ¿Cómo enfrentó Nehemías este nuevo ataque? Oró y estableció vigilantes. «¡Velad y orad!» es una admonición repetida en el NT; véanse Marcos 13.33 (el mundo), Marcos 14.38 (la carne) y Efesios 6.18 (el diablo). Nótese que Nehemías no dependía sólo de la oración; también puso una guardia.
III. Desaliento (4.10)
La batalla pasa ahora de fuera hacia dentro de la ciudad. Satanás siguió la misma táctica en Hechos 5–6 cuando usó a Ananías y a Safira y a las viudas quejosas dentro de la comunidad de la iglesia. También usó a Judas dentro de las filas de los apóstoles. Cuán desanimados estaban los trabajadores, con todos los escombros en la ciudad y el peligro acechando afuera. ¿Por qué se quejó la tribu de Judá? Tal vez porque secretamente estaban aliados a Sambalat (6.17). Nótese en 13.15 la desobediencia de Judá a la ley de Dios. Cuando dijeron: «¡No podemos!» (v. 10), en realidad estaban de acuerdo con el enemigo (4.2). El desaliento y la queja se esparcen rápidamente y estorban la obra de Dios. No leemos que Nehemías le haya puesto mucha atención a su queja; continuó trabajando, vigilando y orando.
IV. Temor (4.11–23)
El temor y la fe nunca pueden permanecer en el mismo corazón. En el versículo 11 tenemos un rumor que el enemigo empezó de que sus ejércitos invadirían de súbito a Jerusalén. Los judíos que vivían fuera de la ciudad oyeron este informe y lo llevaron diez veces a Nehemías. Cuán persistente puede ser Satanás y sus trabajadores. Al final, Nehemías estableció la guardia en las murallas y animó al pueblo a que no temiera. Note que el trabajo se detuvo desde el versículo 13 hasta el versículo 15; exactamente lo que quería el enemigo. Nehemías vio la necedad de este plan, de modo que puso a los obreros de nuevo a trabajar, con un arma en una mano y una herramienta en la otra. También puso una guardia especial con trompetas (vv. 19–20), pero no permitió que se detuviera la obra. Estos judíos son maravillosos ejemplos de lo que el obrero cristiano debe hacer: tenían su mente en la obra (4.6), un corazón para orar (4.9), un ojo para vigilar (4.9) y un oído para oír (4.20)".
(Bosquejos expositivos de la Biblia)

sábado, 1 de septiembre de 2007

Sugerimos repasar y profundizar en los capítulos estudiados en la semana. Estas son algunas anotaciones adicionales sobre los capítulos correspondientes:
"PROPÓSITO:Nehemías es el último de los libros históricos del Antiguo Testamento. Registra la historia del tercer regreso a Jerusalén después del cautiverio y relata cómo fueron reconstruidos los muros y cómo se renovó la fe del pueblo.AUTOR:La mayor parte del libro está escrita en primera persona, lo que sugiere que Nehemías es el autor. Probablemente Nehemías escribió el libro y Esdras le sirvió de editor.FECHA:Aproximadamente entre 445–432 a.C.MARCO HISTÓRICO:Zorobabel guió el primer regreso a Jerusalén en 538 a.C. En 458, Esdras guió el segundo regreso. Finalmente, en 445, Nehemías regresó con el tercer grupo de cautivos para reconstruir el muro de la ciudad.VERSÍCULOS CLAVE:«Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días. Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que están alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra» (6.15, 16).PERSONAS CLAVE:Nehemías, Esdras, Sanbalat, TobíasLUGAR CLAVE: Jerusalén
«¡LO QUE esta iglesia necesita es...!» «No puedo creer lo que hacen nuestros funcionarios del gobierno. ¡Si estuviera en su lugar, yo haría...!» «Nuestras escuelas andan mal. ¡Alguien debería hacer algo!»
Es fácil analizar, escudriñar, y hablar acerca de los problemas del mundo. Abundan los criticones, los quejumbrosos, los que se han nombrado a sí mismos profetas y «capitanes araña». Sin embargo, lo que en realidad necesitamos son personas que no sólo discutan una situación, ¡sino que hagan algo al respecto!
Nehemías vio un problema y se afligió. En vez de quejarse y revolcarse en la autocompasión y en el sufrimiento, actuó. Nehemías sabía que Dios quería que motivara a los judíos para que reconstruyeran los muros de Jerusalén, por lo tanto dejó una posición de responsabilidad en el gobierno persa para hacer lo que Dios quería. Nehemías sabía que Dios utilizaría sus talentos para conseguir que se realizara el trabajo. Desde el momento que llegó a Jerusalén, todos supieron quien era el jefe. Organizó, administró, supervisó, alentó, se enfrentó a la oposición, confrontó la injusticia, y se mantuvo así hasta que se construyeron los muros. Nehemías era un hombre de acción.
Al comienzo de la historia, Nehemías estaba hablando con compañeros judíos. Estos le informaban que los muros y las puertas de Jerusalén estaban deteriorados. Eran noticias preocupantes, y la reconstrucción de aquellos muros se convirtió en la carga de Nehemías. En el momento adecuado, Nehemías pidió al rey Artajerjes permiso para ir a Jerusalén a reconstruir esos muros caídos. El rey aceptó.
Armado de cartas del rey, Nehemías viajó a Jerusalén. Organizó al pueblo en grupos y le asignó secciones específicas del muro (capítulo 3). Sin embargo, el proyecto de construcción tuvo oposición. Sanbalat, Tobías y otros trataron de detener la obra a través de insultos, ridiculizaciones, amenazas y sabotaje. Algunos de los trabajadores tuvieron miedo, otros se hastiaron. En cada caso, Nehemías empleó una estrategia para frustrar a sus enemigos: oración, aliento, guardas de seguridad, consolidación (capítulo 4). Sin embargo surgió un problema diferente: un problema interno. Los judíos ricos estaban aprovechándose del compromiso solemne de sus trabajadores compatriotas. Al escuchar acerca de su opresión y avaricia, Nehemías confrontó a los extorsionadores (capítulo 5). Cuando casi estaban terminados los muros, Sanbalat, Tobías y compañía trataron de detener por última vez a Nehemías. Sin embargo este se mantuvo firme, y el muro se terminó en sólo cincuenta y dos días. Cuán grandioso monumento al amor y la fidelidad de Dios. Tanto los amigos como los enemigos supieron que Dios había ayudado (capítulo 6).
Después de construir los muros, Nehemías continuó organizando al pueblo, realizó un censo y nombró guardias de las puertas, levitas y a otros funcionarios (capítulo 7). Esdras guió a la nación en la alabanza y en la instrucción bíblica (capítulos 8, 9). Esto llevó a una reafirmación de fe y a un avivamiento religioso en donde el pueblo prometió servir con fidelidad a Dios (capítulos 10, 11).
Nehemías finaliza con una lista de los clanes y sus líderes, con la dedicación de un nuevo muro en Jerusalén y la purgación del pecado del país (capítulos 12, 13). Cuando lea este libro, observe a Nehemías en acción, y determine ser una persona de la cual Dios puede depender para actuar por Él en el mundo".

(Biblia del diario vivir)