miércoles, 4 de abril de 2007

1 Samuel 6:
6.3 ¿Qué se pretendía lograr con esta ofrenda de culpa? Esta era una reacción normal a los problemas en la religión cananea. Los filisteos pensaban que los problemas se debían a que sus dioses estaban enojados. Reconocieron su culpa al tomar el arca y ahora estaban intentando cualquier cosa para aplacar al Dios de Israel. Los adivinos (6.2) probablemente ayudaron a elegir el presente que creían que aplacaría a Jehová. Pero la ofrenda constaba de imágenes de tumores y de ratas, no la clase de ofrendas prescritas por las leyes de Dios (Levítico 5.14–6.7; 7.1–10). Cuan fácil es diseñar nuestros propios métodos para hacer un reconocimiento a Dios en lugar de comprometernos a servirle en la forma que Él nos pide.
6.7-12 Los sacerdotes filisteos y los adivinos idearon una prueba para comprobar si Dios era el que había causado todos sus problemas recientes. Dos vacas que acababan de parir fueron atadas a un carro y enviadas hacia la frontera de Israel llevando el arca del pacto. Para que una vaca dejara a su becerro, debía ir en contra de todos sus instintos maternos. Sólo Dios, que tiene poder sobre todo el orden natural, pudo hacer que esto sucediera. Dios envió las vacas a Israel, no para pasar la prueba de los filisteos, sino para demostrarles su grandioso poder.
6.9 Los filisteos reconocieron la existencia del Dios hebreo, pero tan sólo como una de las muchas deidades de las cuales buscaban su favor. El pensar en Dios de esta manera les facilitó ignorar su mandamiento de que debían adorarlo solamente a Él. Mucha gente «adora» a Dios de esta manera. Lo ven sólo como un ingrediente de una vida exitosa. Pero Dios es mucho más que un ingrediente, Él es la fuente de la vida misma. ¿Es usted un «filisteo» que ve el favor de Dios sólo como un ingrediente de una buena vida?

Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.