miércoles, 3 de octubre de 2007


Campaña 100 días de avivamiento, día 18:
Efesios 3: 14- 21:
El apóstol Pablo oraba por sus discípulos pidiendo que fueran "fortalecidos con poder en el hombre interior", con el propósito de que pudieran ser "arraigados y cimentados en amor"; para que fueran capaces de comprender y conocer el amor de Cristo, y así ser "llenos de toda la plenitud de Dios". Es una manera de orar que debemos practicar en nuestras vidas, pidiendo crecimiento espiritual, conocimiento de Dios.
"Usted recordará que las dos oraciones en Efesios (aquí y en 1.15–23) se complementan. La primera es una oración por conocimiento; la segunda por capacitación. Pablo quiere que los efesios aprendan todo lo que tienen en Cristo y después que vivan lo aprendido. Pablo ora por la familia de Dios en el cielo y en la tierra, porque allí es donde está su familia; no hay ninguna «debajo de la tierra» (véase Flp 2.10). Esto quiere decir que no hay purgatorio donde se prepara a la gente para ir al cielo. Ora para que la persona interior pueda conocer la fortaleza espiritual. ¡Con cuánto descuido algunos cristianos tratan a la persona interior! El Espíritu Santo nos da poder desde el interior a través de la Palabra de Dios y la oración. En los versículos 20–21 Pablo recalca que cuando oramos el Espíritu de Dios obra en nosotros; y en 1 Tesalonicenses 2.13 (junto a Col 3.16) enseña que Dios nos concede poder mediante su Palabra. Los santos primitivos se entregaron «a la oración y a la Palabra de Dios» (Hch 6.4) y Dios obró con poder en ellos y mediante ellos.
Él quiere que Cristo «se sienta en casa» (habitar, v. 17) en sus corazones. Por supuesto, Cristo vive en el corazón de cada creyente verdadero, pero no todo corazón es un hogar agradable para Él. A Cristo le encantaba ir a Betania porque sus amigos le querían, se alimentaban de su Palabra y le servían. Cuando Cristo vino a esta tierra para hablar con Abraham (Gn 18), envió delante a dos ángeles a que visitaran a Lot (Gn 19) debido a que no se sentía a sus anchas en la casa de un creyente mundano. ¿Se siente Él como en casa en nuestros corazones?
Cristo se siente así en nuestros corazones cuando Él halla fe y amor. «Arraigados» (v. 17) sugiere una posición firme, un hábito de fe y amor, como un árbol enraizado en la tierra. Demasiados cristianos quieren los frutos del Espíritu sin estar enraizados en las cosas espirituales.
«Comprender» en el versículo 18 significa «asir», «aprehender». Pablo ya ha orado para que ellos tengan entendimiento; ahora ora para que se acojan a estas maravillosas bendiciones y las capten y tomen por sí mismos. Por fe nos apropiamos de las promesas de Dios. Pablo quiere especialmente que se aferren del inmensurable amor de Dios, un amor que llena todas las cosas. Demasiados cristianos se imaginan a Dios como un Juez colérico o un Capataz riguroso en lugar de un Padre amoroso.
«Llenos de toda la plenitud de Dios» (v. 19): este es el propósito supremo de Dios para nuestras vidas. Lea cuidadosamente Juan 1.16 y Colosenses 2.9–10. «Vosotros estáis completos en Él» afirma Colosenses 2.10. ¿Por qué vivir como mendigos cuando Dios nos ha dado su plenitud? Una vida vacía es decepcionante y peligrosa; si el Espíritu de Dios no nos llena, el espíritu de desobediencia (2.2) se pone en acción y caemos en pecado.
Los versículos 20–21 declaran una bendición emocionante, cerrando la primera sección de la carta. ¡Dios obra en nosotros! ¡Dios obra a través de nosotros! ¡Dios es glorificado en nosotros! ¡Qué maravillosa salvación tenemos! Este poder obra en nosotros conforme abrimos nuestros corazones a Cristo, cultivamos este compañerismo y comunión perseverante, oramos y nos sometemos a la Palabra. No hay razón para que los creyentes estemos «por los suelos» cuando estamos sentados con Cristo (2.6) y llenos de la plenitud de Dios.
Al concluir esta primera sección sería útil notar las «posturas espirituales» de Pablo, por cuanto nos dan el secreto de la bendición de Dios. Pablo está sentado con Cristo (2.6), edificado sobre Cristo (2.20) y dobla sus rodillas ante el Padre (3.14). Esto es lo que hace posible que camine (4.1), crezca (4.15) y esté firme (6.14ss) contra Satanás. Nuestra posición espiritual en Cristo hace posible nuestro andar victorioso sobre la tierra"
(Bosquehos expositivos de la Biblia)