viernes, 27 de julio de 2007


2 Reyes 10:
La misión de Jehú no fue fácil ni agradable, ya que consistió en exterminar la descendencia de Acab y Jezabel. Puede parecer demasiado cruel, si no se tienen presentes los antecedentes de la maldad de esta pareja de reyes de Israel, la manera como llevaron al extremo la maldad en sus vidas, y en su desempeño público como gobernantes. Sus acciones, su culto idólatra, el paganismo, la hechicería; se convirtieron en un verdadero "cáncer" que debía ser extirpado definitivamente. Había sido demasiado el dolor, la ruina, la pobreza, que habían traído a la nación como resultado de su desobediencia a Dios. También debemos tener en cuenta que ellos habían recibido incontables advertencias y amonestaciones de parte de Dios por medio de los profetas. En la epístola a los Romanos capítulo 6, versículo 23 dice: "Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro". Es la razón por la que el Señor Jesús vino a dar su vida en la cruz; llevar nuestras culpas, pagar nuestra deuda, llevar nuestro dolor, y rescatarnos de nuestro pecado: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3: 16)