domingo, 29 de abril de 2007

1 Samuel 29 y 30:

Capítulo 29
29.4 Los otros príncipes filisteos sabían que David fue aquel que, cuando joven, mató a su campeón Goliat (17.32–54), mató cientos de soldados filisteos (18.27) y era el héroe de las canciones de victoria de los israelitas (21.11). Temían de que, en el calor de la batalla, David se volvería en su contra. A pesar de que al principio David se molestó, Dios usó la sospecha de los príncipes para evitar que tuviera que pelear contra Saúl y sus compatriotas.
Capítulo 30
30.6 Al enfrentarse a la tragedia de haber perdido a sus familias, los soldados de David comenzaron a volverse contra él e incluso hasta llegaron a hablar de matarlo. En vez de planear un rescate, buscaron a alguien que culpar. Pero David encontró su fortaleza en Dios y comenzó a buscar una solución, y no un chivo expiatorio. Cuando se enfrente con problemas, recuerde que no ayuda en nada buscar a quién culpar ni criticar. En su lugar, considere cómo puede ayudar a encontrar una solución.
30.7 David no podía ir al tabernáculo a pedirle al Señor que lo guiara porque estaba en territorio de Saúl. De ahí que pidiera el efod, el único objeto relacionado con el tabernáculo que poseía. En la presencia del sacerdote y de esta prenda sacerdotal, pidió a Dios su dirección. Cuando David pidió el efod, le pedía al sumo sacerdote que le llevara el Urim y el Tumim, que se guardaba en un saquito que estaba unido al efod. Solo el sumo sacerdote podía llevar y utilizar el Urim y el Tumim. (Si desea más información sobre el efod y su contenido, véase la nota a Éxodo 39.1–21.)
30.11-15 Los amalecitas dejaron cruelmente a este esclavo para que muriera, pero Dios lo usó para guiar a David y a sus hombres al campamento amalecita. David y sus hombres trataron al joven con bondad y él respondió a esta bondad guiándolos al enemigo. Trate a los que encuentre con respeto y dignidad sin importar cuán insignificantes parezcan ser. Nunca sabrá cómo Dios los usará para ayudarlo o para perseguirlo, dependiendo de cómo les responda.
30.24, 25 David decretó una ley para que los que guardaran el bagaje o provisiones se trataran igual que los que luchaban en la batalla. En la actualidad se requiere de varias personas para proporcionar los servicios de apoyo necesarios para cada uno de los soldados en batalla. En la iglesia y en otras organizaciones, debemos tratar a quienes nos dan servicios de apoyo de la misma manera que a los que están en la primera línea. Sin contadores, secretarias, maestros, ni administradores, los que están en el ministerio público no llevarían a cabo su trabajo. ¿Está en la línea del frente? No se olvide de quienes lo apoyan. ¿Está en el grupo de apoyo? Esté consciente de que su puesto, aun cuando sea un poco menos encantador o entusiasta, es vital para el trabajo de todo el grupo
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.