"5.1–5 ¿Quiénes eran estos judíos contra los que había personas resentidas y amargadas? O bien eran (1) judíos que se habían enriquecido en el cautiverio y que habían traído su riqueza a Jerusalén, o (2) descendientes de los judíos que habían llegado casi un siglo antes durante el primer regreso bajo el liderazgo de Zorobabel (Esdras 1, 2) y habían establecido negocios lucrativos.
5.7–9 Muchos de los desterrados que regresaron estaban sufriendo a manos de algunos de sus compatriotas ricos. Estas personas prestaban grandes sumas de dinero. Luego, cuando los deudores se atrasaban en un pago, tomaban sus campos. Sin fuentes de ingreso, los deudores se veían forzados a vender a sus hijos como esclavos, una costumbre común en esa época. Nehemías estaba enojado con aquellos judíos que estaban aprovechándose de su propio pueblo para enriquecerse. Usura es el cobro excesivo de intereses. Estas prácticas violaban la ley (Éxodo 22.25).
5.9–11 El interés de Dios en los pobres se revela en casi todos los libros de la Biblia. Aquí, Nehemías insiste en que la justicia hacia el pobre y hacia el oprimido es importante para seguir a Dios. Los libros de Moisés detallaban con claridad la responsabilidad de los israelitas de ocuparse de los pobres (Éxodo 22.22–27; Levítico 25.35–37; Deuteronomio 14.28–29; 15.7–11) La forma en la que ayudamos a los necesitados debe reflejar el amor y la preocupación de Dios.
5.10 Nehemías dijo a los judíos ricos que dejaran de cargar intereses excesivos en los préstamos que hacían a sus hermanos necesitados. Dios nunca quiso que la gente se beneficiara de las desgracias de otras personas. En contraste con los valores de este mundo, Dios dice que el cuidarse unos a otros es más importante que el beneficio personal. Cuando un hermano o hermana en Cristo sufre, todos sufrimos (1 Corintios 12.26). Debemos ayudar a los creyentes necesitados, no explotarlos. La iglesia de Jerusalén fue alabada por trabajar unida para eliminar la pobreza (Hechos 4.34, 35). Recuerde que «el que da al pobre no tendrá pobreza» (Proverbios 28.27). Ayude a los necesitados que están a su alrededor.
5.13 Era un gesto para expresar una maldición. Nehemías se sacudió el vestido y pronunció que todo aquel que rompiese el voto sería igualmente «sacudido y vacío», y perdería todo lo que tuviera.
5.14,15 En esta digresión, Nehemías hizo una comparación entre sus doce años de gobierno y las injusticias que se cometían en el país antes de que él llegara. El gobernador no era elegido por el pueblo, sino que era designado por el rey de Persia.
5.16 Nehemías dirigió todo el proyecto de la construcción, pero además trabajó en el muro junto con los demás. No era un burócrata que se encerraba en su oficina cómoda, sino un líder que participaba en el trabajo diario. No utilizó su posición para aprovecharse de su pueblo. Un buen líder se mantiene en contacto con la obra que se realiza. Los que son buenos líderes dirigen mejor no sólo por lo que dicen, sino por lo que hacen"
(Biblia del diario vivir)