jueves, 22 de marzo de 2007

Jueces 18:
Este capítulo nos cuenta de un sacerdote, que se acomodaba a la mejor opción para él, a la más conveniente. No seguía las normas establecidas para el ejercicio de su sacerdocio, sino que buscaba su propia conveniencia. También nos cuenta de la tribu de Dan, que buscó una manera fácil de tener un lugar donde habitar. No se esforzaron por conquistar el territorio que les correspondía, optaron por tomar una ciudad que no les fue asignada, solo porque era más fácil. Son un par de ejemplos de una manera equivocada de buscar nuestro bienestar. Cuidémonos de vivir de esta manera, en lugar de esforzarnos por lo que Dios quiere que hagamos.
18.1 A la tribu de Dan se le asignó una tierra que era suficiente para satisfacer sus necesidades (Josué 19.40–48). Sin embargo, debido a que no confiaron en Dios para que los ayudara a conquistar su territorio, los amonitas los forzaron a vivir en las colinas y no los dejaron establecerse en las llanuras (1.34). En vez de luchar por el territorio que les correspondía, prefirieron buscar una tierra nueva en el norte donde la resistencia enemiga no fuera tan fuerte. Fue durante este viaje hacia el norte cuando algunos de sus hombres pasaron por la casa de Micaía y robaron algunos de sus ídolos.
18.4–6 Los sacerdotes y sus ayudantes eran todos de la tribu de Leví (Números 3.5–13). Tenían que servir al pueblo, enseñarle cómo adorar a Dios y llevar a cabo los rituales de los servicios de adoración en el tabernáculo en Silo y en las ciudades designadas. Pero este sacerdote desobediente mostró falta de respeto hacia Dios porque: (1) Llevaba a cabo sus deberes en una casa. Los deberes sacerdotales debían realizarse exclusivamente en el tabernáculo o en una ciudad designada. Esta exigencia era para evitar cambios en las leyes de Dios. (2) Llevaba ídolos con él (18.20). (3) Decía que hablaba en nombre de Dios cuando esto no era cierto (18.6).

Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.