Campaña 100 días de avivamiento, día 38.
Jonás 2:
El Señor se interpuso en el camino equivocado que Jonás había tomado, impidiéndole alejarse más de Su voluntad y de la misión que tenía para él. En medio de la situación difícil que sirvió como corrección para el profeta, El Señor nunca dejó de demostrarle Su amor, nunca dejó de protegerlo; usando en este caso aquel gran pez que impidió que muriera ahogado. Este segundo capítulo contiene la oración de acción de gracias de Jonás, en la que expresa lo desesperante que fue la situación que vivió, la manera como se sintió, pero especialmente reconoce la grandeza del Señor y su acción salvadora en su favor. ¡Qué importante es que aprendamos a hacer frente a todas las circunstancias de nuestra vida con oración!; oración sincera en la que desahoguemos nuestro corazón en Dios, oración guiada por el Espíritu Santo que nos permita recibir Su consuelo y dirección en todo momento, oración basada en la Biblia que sea realmente eficaz según cada situación. Jonás fue liberado del vientre del gran pez, pero especialmente fue liberado de su propia desobediencia, de las ataduras de la necedad, de la sordera espiritual. La oración puede llevarnos a experimentar la acción liberadora del Señor, rompiendo toda atadura, toda cadena. Necesitamos reaccionar a la reprensión del Señor, cuando le hemos desobedecido y nos hemos alejado de Sus caminos; restaurando nuestra comunión con Él y volviendo a enfocarnos en la dirección correcta.
"Esta oración de Jonás tiene una estructura literaria similar a los llamados salmos de acción de gracias, que describen un peligro ya pasado, reconocen al Señor como salvador y concluyen con la promesa de ofrecer sacrificios en el templo de Jerusalén. Cf. Sal 30; 116; 118 y véase también la Introducción a los Salmos (3)". (http://www.biblegateway.com/).
"2.1ss Esta es una oración de agradecimiento, no una petición de liberación. Jonás simplemente estaba agradecido de no haberse ahogado. Fue librado de una forma espectacular y lo sobrecogía pensar que había escapado de la muerte. Aun dentro del pez, Dios escuchó la oración de Jonás. Podemos orar en cualquier parte y a cualquier hora, que Dios nos oirá. Nuestro pecado nunca es demasiado grande, ni nuestra dificultad demasiado inmensa, para Dios. 2.1–7 Jonás dijo: «Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová» (2.7). A menudo hacemos lo mismo. Cuando todo nos va bien, tendemos a olvidarnos de Dios; pero cuando no hay esperanza, clamamos a Él. Este tipo de relación con Dios conduce a una vida espiritual no muy firme, con altas y bajas. Un compromiso con Dios firme y diario promueve una sólida relación con Él. Busque a Dios en las buenas y en las malas, y tendrá una vida espiritual mas vigorosa. 2.2 Jonás habla de su experiencia en el vientre del pez como si hubiera estado muerto ya. 2.8 Nos engañamos cuando vamos en pos de cualquier cosa que toma el lugar de Dios, lo cual es vanidad porque resulta siempre en vaciedad y equivale a renunciar a la misericordia de Dios. Que nada tome jamás el lugar que Dios debe ocupar en nuestra vida. 2.9 Obviamente Jonás no estaba en posición de regatear con Dios. Por eso más bien le dio las gracias por salvarle la vida. Nuestros problemas deben llevarnos a asirnos de Dios, no a regatear con Él para que nos saque del dolor. Podemos alabar y dar gracias a Dios por lo que ya ha hecho por nosotros, y por su amor y misericordia.
2.9 Fue necesario un milagro de liberación para que Jonás hiciera lo que Dios le había mandado. Como profeta, Jonás estaba obligado a obedecer la voz de Dios, pero había tratado de eludir sus responsabilidades. Esta vez prometió cumplir sus votos. La historia de Jonás comienza con una tragedia, pero peor tragedia hubiera sido si Dios lo deja seguir huyendo. Cuando sepa que Dios quiere que usted haga algo, no huya. Quizás Dios no lo detenga como lo hizo con Jonás". (Biblia del diario vivir)