1 Samuel 3:
Samuel disfrutaba del privilegio de ministrar (servir) Al Señor, aunque era una época en la que "la palabra de Jehová escaseaba y no había visión con frecuencia" (v. 1).
El Señor llamó a Samuel, le habló directamente. Ya Samuel le servía, pero es en este momento que recibe el llamado, la visión que Dios tenía para Él. Es posible que le estemos sirviendo al Señor de manera sincera, sin haber recibido la revelación de Sus planes, Su propósito, Su visión para nosotros. Debemos estar atentos y dispuestos, debemos buscar Al Señor en Su palabra; esperando oír por Su Espíritu y Su palabra esa revelación (v. 2-14). ¿Conocemos al Señor?, ¿nos ha sido revelada su palabra? (v. 7). Tenemos hoy la bendición de contar con La Palabra escrita, a nuestro alcance, a la mano. Podemos estudiarla y oír la voz de Dios de manera personal. Tenemos Su Espíritu en nuestro corazón (si hemos aceptado al Señor Jesucristo como Señor y Salvador personalmente). Seamos como Samuel, "fieles profetas del Señor" (v. 20). Conozcamos a Dios en Su Palabra y como profetas, anunciemos, enseñemos, prediquemos Su palabra al mundo.