martes, 27 de marzo de 2007

Rut 2:
I. Trasfondo
Es difícil creer que los sucesos de este libro acontecieron durante el tiempo de los jueces, época cuando Israel era una nación dividida y derrotada. Pero durante los peores tiempos Dios revela su amor y obra a favor de quienes le temen y confían en Él. Vivimos hoy en días cuando «no hay rey en Israel» (Jue 17.6; 18.1; 19.1; 21.25), porque los judíos rechazaron a su Rey; pero ahora el mundo es testigo de una hermosa historia de amor: Dios está adquiriéndole Esposa a su Hijo. El libro de Rut es una historia de cosecha, así como el «Señor de la mies» recoge sus gavillas (Jn 4.31–38).
No estamos seguros cómo encaja la historia de Rut en la historia que aparece en el libro de Jueces. Es posible que la hambruna se debió a la devastación de uno de los ejércitos invasores que Dios usó para disciplinar a su pueblo. Debe haber habido paz entre Judá y Moab, o Elimelec y su familia no hubieran podido mudarse para allá. Durante el período de los jueces, la paz era posible en una parte de la tierra mientras que había problemas en otra.
II. Teología
Aun cuando el propósito inmediato de este pequeño libro es trazar la línea ancestral del rey David, en la historia se halla mucha verdad espiritual. Rut era de Moab y los moabitas se excluyeron de la nación de Israel (Dt 23.3). Pero debido a que ella puso su fe en el Dios de Israel, fue aceptada, una ilustración de la gracia de Dios a los gentiles (Ef 2.11–22). Booz, el pariente redentor, es un cuadro de nuestro Señor Jesucristo que pagó el precio para redimirnos y hacernos su Esposa. El pariente desconocido no quiso arriesgar su herencia por Rut, ¡pero Booz la quiso tanto que la hizo parte de su herencia! La gracia y la dirección providencial de Dios son los temas principales de esta historia.
Rut llegó a ser un ancestro del Mesías (Mt 1.5) y de David, a través de cuya línea se prometió el Mesías (2 S 7). Como Rahab (Jos 2; 6; Heb 11.31), Rut era una gentil que se casó con un judío y llegó a ser parte de la «historia de la salvación» (Mt 1.5). Este libro puede ser pequeño, pero la historia que relata es parte de la más grande jamás narrada.
III. Lecciones prácticas
Hay muchas lecciones que podemos aprender de este maravilloso libro:
(1) Sin importar cuán difícil sea la situación, si nos sometemos al Señor y le obedecemos, Él hará que salgamos adelante.
(2) Ninguna persona está tan lejos del alcance de la gracia de Dios que no pueda ser salva. Rut tenía todo en su contra, ¡pero el Señor la salvó!
(3) Dios providencialmente dirige a quienes quieren obedecerle y servir a otros. Debido a que Rut estaba preocupada por Noemí, Dios la guió y llevó a una vida de felicidad.
(4) De nada sirve enojarse contra Dios y echarle la culpa de nuestros errores. Dios usó a Rut para sacar a Noemí de la desesperación y darle su bendición.
(5) No hay «decisiones menores» con Dios. La decisión de Rut de espigar en los campos la llevó a ser una de los antepasados del rey David y del Mesías. Léase el Salmo 37.3–7 y vea cómo se cumplió en la experiencia de Rut.
(6) Es sabio esperar en el Señor y permitirle que ejecute sus propósitos de amor. «El que creyere, no se apresure» (Is 28.16). Después que hemos hecho todo lo posible, debemos confiar en que el Señor hará el resto; y Él nunca nos fallará.

Wiersbe, Warren W., Bosquejos Expositivos de la Biblia, AT y NT, (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, c1995.