El tiempo del juicio llegó sobre el reino de Judá, su capital Jerusalén y su pueblo. El Señor es bueno, misericordioso, paciente; pero también es justo, y precisamente por amor corrige a su pueblo. En este caso vemos como el pueblo de Judá vivió las consecuencias de la desobediencia: guerra, derrota, cautividad: "Pero Jehová envió contra Joacim tropas de caldeos, tropas de sirios, tropas de moabitas y tropas de amonitas, los cuales envió contra Judá para que la destruyesen, conforme a la palabra de Jehová que había hablado por sus siervos los profetas. 3 Ciertamente vino esto contra Judá por mandato de Jehová, para quitarla de su presencia, por los pecados de Manasés, y por todo lo que él hizo; 4 asimismo por la sangre inocente que derramó, pues llenó a Jerusalén de sangre inocente; Jehová, por tanto, no quiso perdonar" (v. 2- 4). Los tesoros de la misma casa del Señor y los de la casa real fueron robados, los utensilios de oro del templo fueron despedazados, los habitantes fueron llevados como esclavos. El pueblo que había sido sacado milagrosamente de Egipto, conducido sobrenaturalmente por el desierto, que había conquistado bajo el liderazgo de Josué la tierra de Canaan; ahora era derrotado, saqueado y esclavizado. Realmente es demasiado triste, especialmente sabiendo que durante tantos años, generación tras generación, habían sido advertidos y amonestados por El Señor, pero no quisieron entender: "Y llevó en cautiverio a toda Jerusalén, a todos los príncipes, y a todos los hombres valientes, hasta diez mil cautivos, y a todos los artesanos y herreros; no quedó nadie, excepto los pobres del pueblo de la tierra. 15 Asimismo llevó cautivos a Babilonia a Joaquín, a la madre del rey, a las mujeres del rey, a sus oficiales y a los poderosos de la tierra; cautivos los llevó de Jerusalén a Babilonia. 16 A todos los hombres de guerra, que fueron siete mil, y a los artesanos y herreros, que fueron mil, y a todos los valientes para hacer la guerra, llevó cautivos el rey de Babilonia" (v. 14- 16). Aprendamos de este ejemplo, reaccionemos oportunamente, corrijamos nuestros caminos, volvamos Al Señor a tiempo.