Jueces 3:
"El Señor los dejó para que aprendieran a pelear..." (v. 2). Como todo guerrero, necesitamos de un entrenamiento especializado. El Señor es nuestro entrenador, que sabe aprovechar todas las luchas que vivimos a diario para prepararnos.
"...para ver si obedecerían..." (v.4): nuestra victoria es resultado de nuestra obediencia, dependemos totalmente del Señor.
Al pasar el tiempo e ir olvidando los mandamientos del Señor, los Israelitas descuidaron su tarea. Al principio no hubo consecuencias visibles. Pero más tarde, la devastación sería evidente al florecer la inmoralidad y la idolatría.
No permitamos que el "jardín de nuestra vida" se llene de maleza, que al principio no se ve; pero que luego puede devastar las buenas plantas. Arranquémosla a tiempo y de raíz.
"El Señor los dejó para que aprendieran a pelear..." (v. 2). Como todo guerrero, necesitamos de un entrenamiento especializado. El Señor es nuestro entrenador, que sabe aprovechar todas las luchas que vivimos a diario para prepararnos.
"...para ver si obedecerían..." (v.4): nuestra victoria es resultado de nuestra obediencia, dependemos totalmente del Señor.
Al pasar el tiempo e ir olvidando los mandamientos del Señor, los Israelitas descuidaron su tarea. Al principio no hubo consecuencias visibles. Pero más tarde, la devastación sería evidente al florecer la inmoralidad y la idolatría.
No permitamos que el "jardín de nuestra vida" se llene de maleza, que al principio no se ve; pero que luego puede devastar las buenas plantas. Arranquémosla a tiempo y de raíz.