sábado, 8 de septiembre de 2007


Nehemías 6:
"Cuando oyeron Sanbalat y Tobías y Gesem el árabe, y los demás de nuestros enemigos, que yo había edificado el muro, y que no quedaba en él portillo (aunque hasta aquel tiempo no había puesto las hojas en las puertas), 2 Sanbalat y Gesem enviaron a decirme: Ven y reunámonos en alguna de las aldeas en el campo de Ono. Mas ellos habían pensado hacerme mal. 3 Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros. 4 Y enviaron a mí con el mismo asunto hasta cuatro veces, y yo les respondí de la misma manera" (v. 1-4). Cuando nos decidimos a comprometernos y actuar en la obra de Dios siempre encontraremos oposición, como le ocurrió a Nehemías. Una y otra vez, los enemigos de la obra de Dios intentaron detenerla pero no lo lograron. Los obreros se mantuvieron enfocados, tuvieron discernimiento y lucidez pera entender las estrategias del enemigo, y no se dejaron engañar. Lo mismo debemos hacer nosotros hoy: estar conscientes de nuestra lucha espiritual, esforzarnos en la obra, trabajar y orar, no oír las voces de engaño y confusión, seguir adelante.

"VI. Engaño (6.1–4)
El pueblo volvió a la obra y también el enemigo. Esta vez Sambalat y sus hombres dirigieron sus ataques contra Nehemías, el líder. Muchos en el pueblo de Dios nunca se percatan aquí en la tierra de las tentaciones y pruebas especiales que enfrentan los siervos de Dios día tras día. El liderazgo espiritual es costoso. Sambalat invitó a Nehemías a una reunión amistosa en el campo de Ono y Nehemías rehusó. Los siervos que Dios ha separado no se atreven a «andar en el camino de pecadores» (Sal 1.1). Tenga cuidado con las sonrisas del enemigo, porque Satanás es más peligroso cuando aparece como su amigo que en cualquier otro momento. Cuatro invitaciones vinieron (v. 4) y Nehemías las rehusó todas. «Yo hago una gran obra, y no puedo ir». Siga en la obra cuando Satanás le invita a dejarla y Dios lo bendecirá.
VII. Calumnia (6.5–9)
La quinta vez que vino el mensajero trajo una «carta abierta» llena de acusaciones difamatorias contra Nehemías y su pueblo. «Se dice» es una de las principales armas del diablo. «Dicen» o «he oído» son frases que por lo general preceden chismes y mentiras. ¿Quiénes «dicen»? Nehemías detectó la artimaña y de inmediato puso al descubierto las mentiras de la llamada «carta abierta». Su vida y carácter refutaban cada mentira de la carta. En los versículos 1–4 el enemigo ofreció trabajar con los judíos; aquí, en los versículos 5–9, el enemigo quería difamar el nombre de Nehemías. Nótese cómo Nehemías de nuevo le pidió a Dios que anulara el asunto (v. 9). Los siervos de Dios no pueden impedir que la gente hable de ellos, pero sí pueden cuidar la clase de carácter y testimonio que tienen. Si Nehemías hubiera detenido la obra para defender su reputación, las murallas nunca se hubieran construido.
VIII. Amenazas (6.10–14)
Semaías se encerró en su casa, al parecer temeroso del enemigo, pero en realidad trabajaba para este. ¿Por qué no ayudaba a los judíos a construir la muralla? Vale la pena ser cautelosos con los llamados cristianos que siempre aconsejan, pero que nunca hacen ningún trabajo para Cristo. Pablo advirtió respecto a los falsos hermanos (2 Co 11.26). Semaías le mintió a Nehemías y trató de asustarlo para que acudiera al enemigo en busca de seguridad. Pero Nehemías vio la artimaña y abiertamente refutó las mentiras de Semaías. Otra vez oró pidiendo la ayuda de Dios y enseguida volvió a la obra.
Las murallas quedaron terminadas en cincuenta y dos días. Y el pueblo trabajó durante la temporada de más calor del año. Dios fue glorificado, el enemigo quedó avergonzado (v. 16), pero los judíos comprometidos aún trataban de lograr que Nehemías aceptara a Tobías. Qué carga deben haber sido estos nobles de Judá para el consagrado y valeroso Nehemías. La obra finalizó. ¡La gloria sea para Dios!"
(Bosquejos expositivos de la Biblia)