Campaña 100 días de avivamiento,
Día 5: 1 Pedro 1: 3- 23:
El apóstol Pedro nos enseña sobre la nueva vida que tenemos en Cristo. En esta vida nueva, hemos sido "renacidos a una esperanza viva" (v. 3), que está fundamentada en la herencia que como a hijos, nos ha dado El Señor. Esta herencia es "incorruptible, incontaminada e inmarcesible" (v. 4). En nuestro andar somos "guardados por el poder de Dios" (v. 5), esto por medio de la fe ya que somos llamados a vivir por fe. Nuestra fe es probada por medio de las pruebas, para que sea "afinada como el oro" (v. 6- 9). Todas estas cosas que se relacionan con nuestra salvación, fueron prometidas por El Señor y anunciadas por los profetas desde tiempos antiguos; mostrando así que hacen parte de un maravilloso plan de redención y salvación (v. 10- 12). Lo que ahora debemos hacer es "ceñir los lomos de nuestro entendimiento, ser sobrios, y esperar por completo en la gracia" y "como hijos obedientes, ser santos" (v. 13- 23), viviendo como lo que somos (apartados para Dios).
"1.3 El término renacer se refiere al nacimiento espiritual (regeneración), el acto del Espíritu Santo de llevar creyentes a la familia de Dios. Jesús empleó este término cuando le explicó a Nicodemo lo que es la salvación (véase Juan 3).1.3–6 ¿Necesita usted aliento? Las palabras de Pedro ofrecen gozo y esperanza en tiempos de problemas, y él basa su confianza en lo que Dios está haciendo por nosotros en Jesucristo. Se nos llama a una esperanza viva de la vida eterna (1.3). Nuestra esperanza no es solo futurista; la vida eterna empieza cuando creemos en Dios y nos unimos a su familia. Por mucha aflicción o prueba que estemos pasando en la vida, sabemos que no es nuestra experiencia definitiva. Finalmente viviremos con Cristo para siempre.
1.4 Los judíos habían mirado a su herencia en la tierra prometida de Canaán (Números 32.19; Deuteronomio 2.12; 19.9). Los cristianos ahora miran a su herencia familiar en la eterna ciudad de Dios. Dios ha reservado esa herencia que nunca se desvanecerá ni decaerá; tampoco será manchada por el pecado. Lo mejor es que usted tiene una herencia si confía en Cristo como su Salvador.
1.5 Dios nos ayudará a permanecer fieles a nuestra fe sin importar los momentos difíciles que afrontemos. El «tiempo postrero» es el día del juicio de Cristo descrito en Romanos 14.10 y Apocalipsis 20.11–15. Podríamos tener que soportar dificultades, persecución o muerte violenta, pero no se ha de dañar nuestra alma si hemos aceptado el don de salvación de parte de Cristo. Sabemos que recibiremos la recompensa prometida.
1.6 ¿Por qué fueron los cristianos objeto de persecución? (1) Se negaron a adorar al emperador como un dios y por lo tanto se les consideraba ateos y traidores. (2) Se negaron a adorar en los templos paganos, de modo que los negocios en los templos perdían dinero donde muchos se convertían al cristianismo. (3) No apoyaron los ideales de Roma del ego, poder y conquista; y los romanos rechazaron el ideal cristiano del servicio altruista. (4) Pusieron al descubierto y rechazaron la terrible inmoralidad de la cultura pagana.1.6, 7 Pedro menciona el sufrimiento varias veces en esta carta: 1.6, 7; 3.13–17; 4.12–19; 5.9. Cuando él habla de pruebas, no se refiere a los desastres naturales ni a los castigos de Dios, sino a la reacción de un mundo incrédulo a las personas de fe. Todos los creyentes se enfrentan ese tipo de pruebas cuando dejan que su luz brille en medio de las tinieblas. Debemos aceptar las pruebas como parte del proceso de refinamiento que consume las impurezas, y nos prepara para nuestra reunión con Cristo. Las pruebas nos enseñan a ser pacientes (Romanos 5.3, 4; Santiago 1.2, 3) y nos ayudan a crecer para ser la clase de personas que Dios quiere que seamos.
1.7 Se calienta el oro para que suban las impurezas y así poder quitarlas, y asimismo se calienta el acero. De igual manera, nuestras pruebas, dificultades y persecuciones fortalecen nuestra fe y nos hacen útiles para Dios".
(Biblia del diario vivir)