jueves, 16 de agosto de 2007

Esdras 1:
Un importantísimo acontecimiento histórico sucede "para que se cumpliera la palabra de Jehová": "despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo: 2 Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. 3 Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén. 4 Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén" (v. 1-4). El rey del mayor imperio de la época hizo publicar un decreto para que la casa de Dios fuera edificada en Jerusalén. Es muy importante notar en las palabras del rey Ciro, las convicciones que tenía acerca de Dios y de sí mismo, cuando dice: "me ha dado y me ha mandado". Debemos tener claro y reconocer lo que El Señor nos ha dado, agradecerle, valorar, cuidar, apreciar y administrar correctamente la gran cantidad de talentos, bendiciones y recursos que hemos recibido como regalos suyos. Si además descubrimos, entendemos y aceptamos lo que Él nos manda hacer, la misión que nos tiene, el propósito para nuestra vida; seremos protagonistas de los grandes proyectos que están en sus planes. Ciro jugó un papel determinante en el cumplimiento de los planes Dios, y hoy nosotros también debemos asumir nuestro propio papel. El proyecto sigue siendo el mismo aunque en otro contexto; "edificar casa al Señor". La Escritura nos enseña que hoy la casa de Dios somos los seres humanos que al encontrarnos con Cristo y abrir nuestro corazón para Él; nos hemos convertido en hijos de Dios. Hoy la casa de Dios es cada hogar donde se le abren las puertas y se le da el lugar que le corresponde, y cada congregación de hijos de Dios que le adora y reconoce. Así que nuestra misión hoy es edificar nuestra vida, nuestra familia, la iglesia del Señor y nuestras naciones como "casa de Dios". ¿Los recursos?; así como ocurrió con Ciro, El Señor siempre ha provisto los recursos humanos y económicos, los equipos e infraestructuras necesarios para que Su casa sea edificada. Cabe notar que Ciro ordenó devolver lo que había sido robado de la casa de Dios tiempo atrás: "Y el rey Ciro sacó los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén, y los había puesto en la casa de sus dioses. 8 Los sacó, pues, Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar príncipe de Judá" (v. 7.8). Levantémonos hoy a desarrollar el proyecto más importante de la historia, a construir la casa de Dios.

"1.1 Ciro, rey de Persia (559–530 a.C.), ya había comenzado su incremento de poder en el Cercano Oriente al unificar en un imperio fuerte a medos y persas. Cuando conquistaba ciudades, trataba a los habitantes con misericordia. A pesar de que no era siervo de Jehová, Ciro fue utilizado por Dios para regresar a los judíos a su tierra. Quizás se le haya dado a conocer la profecía de Isaías 44.28–45.6, escrita aproximadamente un siglo antes, y que predecía que el mismo Ciro ayudaría a los judíos a regresar a Jerusalén. Daniel, un prominente funcionario del gobierno (Daniel 5.29; 6.28), estaría familiarizado con la profecía. El libro de Daniel tiene más que decir sobre Ciro.
1.1 Jeremías profetizó que los judíos permanecerían en cautividad durante 70 años (Jeremías 25.11; 29.10). El período de 70 años ha sido calculado de dos maneras diferentes: (1) Desde el primer cautiverio en el 605 a.C. (2 Reyes 24.1) hasta que el altar fue reconstruido por los cautivos que regresaron en el 536 (Esdras 3.1–6), o, (2) desde la destrucción del templo en el 586 hasta que los cautivos terminaron la reconstrucción en el 516. Muchos eruditos prefieren el segundo enfoque debido a que el templo era el punto central y el corazón mismo de la nación. Sin el templo, los judíos no se consideraban restablecidos como nación.
1.2 Ciro no era judío, pero Dios obró por medio de él para hacer que los judíos retornaran a su tierra. Ciro dictó un decreto permitiendo su retorno y les dio protección, dinero, y los artículos del templo que Nabucodonosor había tomado. Cuando se enfrente a situaciones difíciles y se sienta rodeado, abrumado o dominado, recuerde que el poder de Dios no está limitado a nuestros recursos. Él puede usar a cualquiera para cumplir sus planes.
1.2-4 El decreto permitía que los judíos trabajaran juntos para realizar la enorme tarea de reconstruir el templo. Algunos trabajaron en la reconstrucción del templo, mientras otros operaron las líneas de suministro. Semejante empresa requiere trabajo de equipo, con algunas personas al frente y otras dándoles apoyo. Cada función es vital para llevar a cabo la tarea. Cuando se le pida que sirva, hágalo con fidelidad como parte del equipo, no importa quién se lleva la felicitación"
(Biblia del diario vivir).