1 Samuel 18:
A David le iba muy bien en todos los aspectos, en todo lo que hacía. Sería demasiado simple decir que tenía buena suerte. El hijo del rey Saúl, Jonatán, se convirtió en su mejor amigo (v. 1-4), todo el pueblo lo apreciaba, los funcionarios y hombres de confianza del rey lo respetaban y estimaban (v. 5), al regresar de la victoria sobre los filisteos fue aclamado mucho más que el mismo rey (v. 6, 7), toda la nación lo amaba (v. 16), la hija de Saúl (Mical) se enamoró de él y terminó siendo su esposa (v. 20), cada vez tenía más éxito y su nombre era más estimado (v. 30).
La verdad es que todo esto nada tenía que ver con la buena suerte. Hay tres características de David que se enfatizan en este capítulo: 1- Se portaba "prudentemente" (v.5, 14, 15), 2- Ejercía un buen liderazgo ("salía y entraba delante del pueblo": v. 13, 16, 30), 3- "Jehová estaba con él (contaba con el respaldo y la ayuda de Dios: v. 14, 28).
18.8 El aprecio que Saúl sentía por David se transformó en celos cuando el pueblo comenzó a aplaudir las hazañas de David. En un ataque de celos, Saúl intentó asesinar a David arrojándole su lanza (18.11, 12).
Los celos no parecen ser un pecado grande, pero en realidad pueden muy bien ser un paso hacia el asesinato. Comienza con resentimiento hacia el rival; apunta a desear que la otra persona desaparezca; por último se manifiesta en que la persona busca dañar al rival con palabras o con hechos. No permita que los celos prosperen en su vida.
18.11, 12 Saúl trató de matar a David porque estaba celoso de su popularidad. Aun así, David continuó protegiendo y reconfortando a Saúl. Quizás algunas personas hayan estado celosas de usted y aun lo hayan atacado en alguna manera. Quizás se hayan sentido intimidados por las cosas buenas suyas, las cuales los hacen conscientes de sus propios defectos. Sería natural pagarles con la misma moneda o eludirlos por completo. Una mejor reacción sería hacerse amigos de ellos (Mateo 5.43, 44) y pedirle a Dios la fortaleza para continuar amándolos, así como David continuó amando a Saúl.
18.15–18 Mientras que la popularidad hizo que Saúl se volviese orgulloso y arrogante, David permaneció humilde (18.23), aun cuando la nación entera lo celebraba. A pesar de que David tuvo éxito en casi todo lo que emprendió y se hizo famoso en toda la tierra, no quiso valerse de su popularidad para sacar ventaja contra Saúl. No permita que la popularidad distorsione la percepción que tiene de su propia importancia. Resulta comparativamente fácil ser humilde cuando uno no está en el centro del escenario pero, ¿cómo reacciona usted ante la alabanza y la honra?
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.