viernes, 17 de agosto de 2007

Esdras 2:
El retorno de este primer grupo de judíos a su tierra fue un macro proyecto, que implicó una gran logística, gran cantidad de recursos, esfuerzos y riesgos. Se trataba de la movilización de cerca de cincuenta mil personas a un largo viaje, con sus pertenencias, animales, etc. De hecho, muchos de los exiliados no quisieron regresar, prefiriendo la comodidad y seguridad que tenían en la tierra extranjera en la que habían vivido como cautivos. Muchas personas prefieren no asumir el reto de "reconstruir su vida", prefieren conformarse con su situación sin esfuerzos adicionales. Tal vez en muchos casos, porque no creen que Dios pueda hacer algo por ellos, porque no creen que Dios pueda darles los recursos necesarios, o que no pueden vencer los obstáculos que aparecen en el camino. La verdad es que vale la pena correr el riesgo, asumir el desafío; de romper con la inercia y lanzarnos a nuestra propia reconstrucción.
"2.59-63 Las genealogías eran credenciales muy importantes para los hebreos. Si no podían probar que descendían de Abraham, no eran considerados verdaderos judíos y eran excluidos de algunos privilegios especiales en la vida de la comunidad judía. Además, algunos de los privilegios estaban restringidos a los miembros de determinadas tribus. Por ejemplo, sólo los descendientes de Leví (bisnieto de Abraham) podían servir en el templo.
2.63 El gobernador mencionado aquí era probablemente Zorobabel. El Urim y el Tumim eran dos objetos, tal vez en forma de piedras planas, que originalmente eran llevadas dentro de la vestimenta del sumo sacerdote. Eran usados para determinar la voluntad de Dios en asuntos importantes. (Véase la nota a Levítico 8.8.) «Que no comiesen de las cosas más santas» se refiere a la comida que sólo los sacerdotes podían comer. Era la porción de carne sacrificada sobre el altar que se les había asignado.
2.68, 69 Conforme progresaba la reconstrucción del templo, todos contribuían libremente, con ofrendas de acuerdo con sus habilidades. Algunos pudieron dar regalos cuantiosos y lo hicieron con generosidad. Se requería el esfuerzo y la cooperación de todos, y el pueblo dio cuanto pudo. A menudo limitamos nuestra ofrenda al diez por ciento de nuestro ingreso. La Biblia, sin embargo, hace énfasis en que debemos dar de corazón todo lo que podamos (2 Corintios 8.12; 9.6). Deje que la cantidad de su ofrenda sea decidida por el llamado de Dios de dar generosamente, no por la cantidad de sobrantes.
2.69 Dracmas y libras eran monedas de oro y de plata. El dinero que se dio fue suficiente para comenzar la reconstrucción del templo. El pueblo entregó todos sus recursos para que se usaran de la mejor manera. Estaban entusiasmados y eran sinceros, pero este templo nunca igualaría el esplendor del templo de Salomón. El dinero que David reunió para comenzar la construcción del templo de Salomón fue mil veces mayor (1 Crónicas 22.14). Algunas personas lloraron al recordar el glorioso templo que había sido destruido (3.12)" (Biblia del diario vivir).