1 Samuel 19:
David también pasó por dificultades y problemas. En este capítulo encontramos el relato de algunos intentos de Saúl de matarlo, sin motivos reales, por celos. Es evidente la mano protectora del Señor, por medio de personas que le ayudaron y fue librado. A veces podemos pensar que si seguimos al Señor y le obedecemos, eso debería significar que no tengamos dificultades o problemas, pero no es así. Él ha prometido estar con nosotros, ayudarnos, librarnos; pero no ha prometido que no enfrentaríamos luchas y momentos duros. Lo importante es que hagamos frente a esas circunstancias en la forma apropiada, confiando en Él, buscándolo, dependiendo de Su amor, de Su fuerza, de Su protección y provisión.
19.1, 2 ¿Es correcto desobedecer a un padre, como lo hizo Jonatán? Es claramente un principio de las Escrituras que cuando un padre ordena al hijo quebrantar la ley de Dios, el hijo debe obedecer a Dios y no al hombre. Este principio presupone que el hijo es lo suficientemente grande para ser responsable y discernir cualquier engaño. Un hijo debe ser respetuoso, servicial y obediente a su padre (Efesios 6.1–3), pero no de obedecer órdenes ni aceptar consejos que violen la ley de Dios.
19.20–24 Esta fue la segunda vez que Saúl sorprendió a todos al unirse a un grupo de profetas y profetizar. La primera vez (capítulo 10) sucedió exactamente después de que fue ungido rey y no quería aceptar la responsabilidad. Esta vez Saúl estaba consumido por la envidia que le causaba la creciente popularidad de David, pero el Espíritu de Dios lo inmovilizó para que así no pudiera hacerle daño a David. En ambos casos, Saúl habló palabras de Dios («profetizó»), a pesar de que estaba muy lejos de poder pensar los pensamientos de Dios.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.