jueves, 24 de mayo de 2007

2 Samuel 21:
Los pecados que no han sido resueltos por medio de la expiación y redención; generan maldiciones que afectan a la persona que los ha cometido, a su familia. En casos como este, en los que los ha cometido un gobernante que tiene la autoridad y la responsabilidad de un pueblo; pueden generar maldiciones sobre la nación. Gracias a Dios, por la obra redentora del Señor Jesús en la cruz; tenemos "redención por su sangre, el perdón de pecados" (Colosenses 1: 14). Ahora podemos y necesitamos, confesar esos pecados, arrepentirnos (cambiar la manera de pensar y de vivir), aceptar Su perdón, renunciar a esos pecados y anular las maldiciones generadas por ellos. Basta creer, apropiar y declarar que la obra de la cruz fue suficiente para que no tengamos que vivir bajo ninguna maldición. Al contrario, ahora podemos disfrutar de los beneficios producidos por esa obra redentora: Dios "nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo" (Efesios 1: 3). Ya nadie más tiene que pagar por los pecados, ni hay que hacer "más ofendas por el pecado" (Hebreos 10: 17, 18). Hoy podemos aplicar lo que dice en 2 Crónicas 7: 14: "si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra"
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

21.1 Los agricultores dependían totalmente de la primavera y de las lluvias para sus cosechas. Si las lluvias se detenían o llegaban en mal momento, o si las plantas se infectaban de insectos, podía ser drástica la escasez de alimentos en el año siguiente. La agricultura de esa época dependía completamente de las condiciones naturales. No había métodos de irrigación, ni fertilizantes, ni pesticidas. Incluso variaciones moderadas en la lluvia o en la actividad de los insectos podían destruir un cultivo entero.
21.1ss Los siguientes cuatro capítulos son un apéndice del libro. Los sucesos descritos no están en orden cronológico. Hablan de las proezas de David en diversos momentos de su reinado.
21.1–14 Aunque la Biblia no registra el acto de venganza de Saúl contra los gabaonitas, fue aparentemente un crimen grave que lo hizo culpable de su sangre. Aun así, ¿por qué fueron asesinados los hijos de Saúl por los asesinatos que cometió su padre? En muchas culturas del Cercano Este, incluyendo la de Israel, una familia completa era declarada culpable por el crimen del padre ya que se consideraba que la familia es una unidad indisoluble. Saúl quebrantó el voto que los israelitas hicieron con los gabaonitas (Josué 9.16–20). Esta fue una ofensa grave contra la ley de Dios (Números 30.1, 2). O David seguía la costumbre de tratar la familia como una unidad, o los hijos de Saúl serían culpables de ayudar a su padre a matar a los gabaonitas.
21.9, 10 La cosecha de cebada era a fines de abril y principios de mayo. La cebada era similar al trigo pero menos apropiada para hacer el pan. Rizpa custodió los cuerpos de los hombres durante toda la estación de cosecha que duró desde abril hasta octubre.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.