1 Samuel 26:
Una vez más Saúl salió a perseguir a David para matarlo, porque temía que le quitara el reino. Aunque David nunca pretendió usurpar el trono, ni se llenó de ambición; al contrario sirvió a Saúl, supo esperar el tiempo de Dios. Cuando leemos sobre David, sobre sus victorias y logros, tal vez pensemos que no tuvo dificultades pero no fue así. Durante muchos años vivió perseguido y asediado injustamente, pasó por muchas aflicciones. Nada de esto lo desanimó, ni lo hizo renegar o alejarse de Dios. Al contrario, lo buscó, dependió de Él y Él lo fortaleció, lo guardó y lo reivindicó.
Abisai era sobrino de David (1 Cr 2.15–16) y un guerrero valiente (2 S 10.10). Más tarde Abisai salvaría la vida de David de un gigante (2 S 21.17). Sin embargo, Abisai intervino en el asesinato de Abner (2 S 3.30), crimen que afligió a David. Dios puso un sueño profundo sobre el campamento (v. 12), de modo que David y su sobrino no corrían peligro. Las palabra «en el campamento» del versículo 7 indican una barricada de equipajes y carretas. De nuevo Satanás usó a otros para tentar a David para que matara a Saúl (v. 8, véase 24.4), pero David resistió la tentación. La venganza estaba en las manos del Señor.
El mensaje de David a Saúl era en realidad una súplica para que volviera al Señor. «Si Dios te ha guiado a que me persigas debido a algún pecado en mi vida, ofreceré contigo un sacrificio y arreglaré el asunto», dijo. «Pero si los hombres me maldicen, puedes estar seguro de que Dios arreglará cuentas conmigo». Oiga la confesión vacía de Saúl en el versículo 21: «¡He pecado! ¡He sido un tonto!» sí, lo había sido; ¡pero ni así se arrepintió! Somos necios cuando nos adelantamos al Señor (13.8ss); cuando no le obedecemos por completo (cap. 15); cuando les damos las espaldas a nuestros amigos piadosos (David y Samuel); cuando buscamos la dirección del diablo (cap. 28); y cuando rehusamos arrepentirnos cuando sabemos que estamos equivocados. «Sabed que vuestro pecado os alcanzará».
Wiersbe, Warren W., Bosquejos Expositivos de la Biblia, AT y NT, (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, c1995.
26.5–9 Abisai mostró gran valor cuando se ofreció como voluntario para ir con David al campamento de Saúl. Al calor de la emoción, quiso matar a Saúl, pero David se lo impidió. Abisai solo trataba de proteger a David, su líder. David no podía herir a Saúl debido a su respeto por la autoridad y el puesto de Saúl como rey ungido por Dios. Abisai pudo haber estado en desacuerdo con David, pero también respetaba la única autoridad que tenía sobre él. Con el paso del tiempo llegó a ser el más grande guerrero en el ejército de David (2 Samuel 23.18, 19).
26.8ss Las más firmes decisiones morales son las que tomamos antes de que nos llegue la tentación. David estaba determinado a seguir a Dios y esto lo llevó a cabo cuando optó por no matar a Saúl, el rey ungido de Dios, ni siquiera cuando sus hombres y las circunstancias parecían hacerla una opción factible. ¿A quién se hubiera parecido en una situación como esta: a David o a sus hombres? Para ser como David y seguir a Dios, debemos darnos cuenta de que no podemos hacer el mal para ejercer justicia. Aun cuando nuestros amigos más cercanos nos aconsejen hacer cierta acción que parezca correcta, siempre debemos poner en primer lugar los mandamientos de Dios.
26.9 ¿Por qué se negó David a matar a Saúl? Dios colocó a Saúl en el poder y aún no lo había quitado. David no quería adelantarse al tiempo de Dios. Estamos en situaciones similares cuando líderes de la iglesia o del gobierno son incompetentes o infieles. Nos sería muy fácil criticar o rebelarnos ante un líder olvidando los propósitos y el tiempo ocultos de Dios. Decidido a no hacer el mal, David dejó el destino de Saúl en manos de Dios. Si bien no debemos pasar por alto el pecado ni cruzarnos de brazos y permitir que líderes malvados lleven a cabo su maldad, tampoco debemos tomar medidas que vayan en contra de las leyes de Dios. Debemos trabajar por la justicia mientras confiamos en Dios.
26.15,16 David pudo haber matado a Abner y a Saúl, pero hubiera desobedecido a Dios y puesto en marcha consecuencias inesperadas. En su lugar, tomó la vasija de agua y la lanza del rey para demostrar que tuvo la oportunidad de matarlo y no lo hizo. Y con esto probó que tenía un gran respeto por Dios y por el rey que Él ungió. Cuando usted necesite destacar algún aspecto, busque formas creativas y que honren a Dios al hacerlo. Tendrán un impacto más significativo.
26.25 Saúl tuvo varias oportunidades para matar a David, pero nunca lo hizo ¿Por qué? Primero, cada vez que Saúl y David estuvieron frente a frente, David hizo algo generoso por Saúl. El rey no quería responder a la bondad de David con crueldad frente a todos sus hombres. Segundo, David tenía muchos seguidores en Israel. De haberlo matado, Saúl hubiera arriesgado el control de su reino. Tercero, Dios había designado a David para ser el próximo rey de Israel y lo estaba protegiendo.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.