sábado, 28 de abril de 2007

1 Samuel 28:
Es muy lamentable ver a un hombre a quien Dios había escogido para representarlo en la función de rey de Israel, tratando de encontrar la ayuda, la dirección, la fuerza; que ya no tenía de parte del Señor a causa de su obstinación, rebeldía y desobediencia. Ya era demasiado tarde para Saúl, El Señor ya había tomado la decisión de quitarlo del reino. Añadió un error más al no aceptar la disciplina de Dios en su vida, al pretender ir en contra de las disposiciones de Dios. Saúl no había entendido que "somos libres para tomar nuestras decisiones, pero no somos libres para asumir las consecuencias"
28.5-7 Saúl se sintió abrumado cuando vio al ejército filisteo, por lo cual se volvió al ocultismo. Permita que las dificultades y obstáculos de la vida lo empujen en dirección a Dios y lo hagan depender de Él. Como vemos en la historia de Saúl, volvernos a cualquier otra cosa o persona solo nos llevará al desastre.
28.7, 8 Dios había prohibido estrictamente a los israelitas que tuvieran que ver con la magia negra, brujería, hechicería, médiums, espiritistas o con cualquiera que consultara los muertos (Deuteronomio 18.9–14). En realidad, se mataban a los hechiceros (Éxodo 22.18). Las prácticas ocultas se llevaban a cabo en el nombre de dioses paganos y la gente se volvía al ocultismo para recibir las respuestas que Dios no daba.
Los que practican el ocultismo tienen a Satanás y a los demonios como fuente de información. Dios no les revela su voluntad a ellos. En su lugar habla a través de sus propios canales: la Biblia, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo.
28.12 ¿Realmente Samuel vino de la muerte en respuesta al llamado de la adivina? Esta gritó ante la aparición de Samuel, sabía demasiado bien que sus esfuerzos por hacer contacto con los muertos eran inventados o satánicos. De alguna manera la aparición de Samuel le reveló que trataba con un poder mucho más grande de lo que había conocido. No había llamado a Samuel mediante trucos ni el poder de Satanás. Dios trajo a Samuel para dar a Saúl una predicción relacionada con su destino, un mensaje que Saúl ya conocía. Esto de ninguna manera justifica los esfuerzos por contactar a los muertos hoy ni por comunicarse con personas o espíritus del pasado. Dios está en contra de esas prácticas (Gálatas 5.19–21).
28.15 Dios no respondió a las peticiones de Saúl, porque no siguió sus instrucciones previas. Algunas veces la gente se pregunta por qué sus oraciones no reciben respuesta. Pero si no cumplen con las responsabilidades que Dios les ha dado, no deberían sorprenderse cuando Él no les da más instrucciones
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.