martes, 29 de mayo de 2007

2 Samuel 23:
Las últimas palabras que David habló y escribió, expresan la manera como se veía a sí mismo: "Dijo David hijo de Isaí, dijo aquel varón que fue levantado en alto, el ungido del Dios de Jacob, el dulce cantor de Israel" (v. 1). Reconocía que Dios lo había "levantado en alto", hasta la honrosa y privilegiada posición de rey. Había llegado a ser un gran guerrero, el más exitoso y apreciado general del ejército de Israel. Había llegado a ser un profeta. Había llegado a ser un siervo de Dios y especialmente, el hombre con quien Dios hizo "pacto perpetuo" (v. 5). Reconocía que era "el ungido del Dios de Jacob" (v. 1). Alguien sobre quien Dios había derramado Su Espíritu, capacitándolo para el llamamiento y la visión que le había dado. Se llama a sí mismo "el dulce cantor de Israel". Un hombre que había aprendido a conocer y amar a Dios; y como resultado adoraba al Señor dulcemente con su música.
¿Qué concepto tenemos de nosotros mismos?, ¿cómo nos vemos y qué creemos a cerca de nuestra posición ante Dios?. Necesitamos descubrir que la misma posición privilegiada que recibió David, por la misericordia de Dios; la hemos recibido también nosotros los creyentes en Cristo. Somos llamados "hijos de Dios" (Juan 1: 12), En 1 Pedro 2:9 y 10, dice la Escritura: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia". En Apocalipsis 1: 5 y 6 también dice de nosotros: "5y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, 6y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén".
Hoy podemos vivir la clase de vida que El Señor tiene para nosotros, ajustada a la nueva realidad que El Señor Jesús ganó para nosotros por medio de su obra en la cruz. El Señor ha hecho con nosotros un "pacto perpetuo", como con David. Su sangre derramada en la cruz, es "la sangre del nuevo pacto". Agradezcamos y vivamos para Aquel que dio Su vida por nosotros.

23.3 Al estilo de un profeta, David habló de un gobernante justo que habría de venir. Esto se cumplirá en Jesucristo, cuando regrese a gobernar en perfecta justicia y paz. Para profecías similares véanse Isaías 11.1–10; Jeremías 23.5, 6; 33.15–18; Zacarías 9.9, 10. Para el cumplimiento de algunas de esas profecías véanse Mateo 4.14–16; Lucas 24.25–27, 44–49; Juan 5.45–47; 8.28, 29.
23.8–39 Estos versículos hablan acerca de algunas de las hazañas que los cuerpos especiales del ejército de David llevaron a cabo. Existieron dos grupos selectos de hombres: «los treinta» y «los tres» (23.18, 23; 1 Crónicas 11.11–25). Para llegar a ser miembro de un grupo como este, un hombre debía mostrar un valor sin paralelo en batalla así como sabiduría en el liderazgo. «Los tres» era el grupo más selecto. La lista de «los treinta» contiene en realidad treinta y siete nombres, pero menciona algunos guerreros que ya se sabían muertos (Urías, por ejemplo, en 23.39). Aparentemente se señalaban nuevos miembros para sustituir a aquellos que habían caído en batalla.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996
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lunes, 28 de mayo de 2007

2 Samuel 22:
22.1ss David era un gran músico que tocaba su arpa para el rey Saúl (1 Samuel 16.23), instituyó los programas de música en el templo (1 Crónicas 25), y escribió más salmos que ningún otro. El escribir una canción como esta no era usual en David. Este himno real de gratitud es casi idéntico al Salmo 18.
22.3 Según otras traducciones de la Biblia, David llama a Dios «el cuerno de mi salvación», refiriéndose a la fuerza y a la protección defensiva que tienen los animales en sus cuernos. Dios había ayudado a David a vencer a sus enemigos, y lo había rescatado de sus adversarios.
22.22–24 David no estaba diciendo que nunca había pecado. El Salmo 51 nos muestra su tremenda angustia por el pecado con Urías y Betsabé. Pero David sabía de la fidelidad de Dios y estaba escribiendo este himno desde la perspectiva de Él. Sabía que Dios lo había limpiado otra vez: «más blanco que la nieve», (Salmo 51.7) con un «corazón limpio» (Salmo 51.10). Por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo, también nosotros somos limpios y perfectos. Dios sustituye nuestro pecado con su pureza, y Dios no ve ya más nuestro pecado.
22.27 «Rígido serás para con el perverso» significa que para aquellos que pecan, Dios es un juez que los castigará por sus pecados. Dios destruirá a aquellos que son perversos.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

jueves, 24 de mayo de 2007

2 Samuel 21:
Los pecados que no han sido resueltos por medio de la expiación y redención; generan maldiciones que afectan a la persona que los ha cometido, a su familia. En casos como este, en los que los ha cometido un gobernante que tiene la autoridad y la responsabilidad de un pueblo; pueden generar maldiciones sobre la nación. Gracias a Dios, por la obra redentora del Señor Jesús en la cruz; tenemos "redención por su sangre, el perdón de pecados" (Colosenses 1: 14). Ahora podemos y necesitamos, confesar esos pecados, arrepentirnos (cambiar la manera de pensar y de vivir), aceptar Su perdón, renunciar a esos pecados y anular las maldiciones generadas por ellos. Basta creer, apropiar y declarar que la obra de la cruz fue suficiente para que no tengamos que vivir bajo ninguna maldición. Al contrario, ahora podemos disfrutar de los beneficios producidos por esa obra redentora: Dios "nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo" (Efesios 1: 3). Ya nadie más tiene que pagar por los pecados, ni hay que hacer "más ofendas por el pecado" (Hebreos 10: 17, 18). Hoy podemos aplicar lo que dice en 2 Crónicas 7: 14: "si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra"
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

21.1 Los agricultores dependían totalmente de la primavera y de las lluvias para sus cosechas. Si las lluvias se detenían o llegaban en mal momento, o si las plantas se infectaban de insectos, podía ser drástica la escasez de alimentos en el año siguiente. La agricultura de esa época dependía completamente de las condiciones naturales. No había métodos de irrigación, ni fertilizantes, ni pesticidas. Incluso variaciones moderadas en la lluvia o en la actividad de los insectos podían destruir un cultivo entero.
21.1ss Los siguientes cuatro capítulos son un apéndice del libro. Los sucesos descritos no están en orden cronológico. Hablan de las proezas de David en diversos momentos de su reinado.
21.1–14 Aunque la Biblia no registra el acto de venganza de Saúl contra los gabaonitas, fue aparentemente un crimen grave que lo hizo culpable de su sangre. Aun así, ¿por qué fueron asesinados los hijos de Saúl por los asesinatos que cometió su padre? En muchas culturas del Cercano Este, incluyendo la de Israel, una familia completa era declarada culpable por el crimen del padre ya que se consideraba que la familia es una unidad indisoluble. Saúl quebrantó el voto que los israelitas hicieron con los gabaonitas (Josué 9.16–20). Esta fue una ofensa grave contra la ley de Dios (Números 30.1, 2). O David seguía la costumbre de tratar la familia como una unidad, o los hijos de Saúl serían culpables de ayudar a su padre a matar a los gabaonitas.
21.9, 10 La cosecha de cebada era a fines de abril y principios de mayo. La cebada era similar al trigo pero menos apropiada para hacer el pan. Rizpa custodió los cuerpos de los hombres durante toda la estación de cosecha que duró desde abril hasta octubre.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

miércoles, 23 de mayo de 2007

2 Samuel 20:
Este es un episodio de celos, intrigas y traición. Hay momentos y circunstancias que evidencian lo que hay en cada corazón. Cuando se presentan oportunidades, cuando está de por medio el poder, el dinero, la conveniencia personal; entonces se sabe quién es quién. ¿Qué es más importante para nosotros, las cosas o la gente?, ¿sacrificamos la conveniencia por las personas, o sacrificamos a las personas por la conveniencia?. Debemos como alguien dijo: "amar a las personas y usar las cosas" y no "amar las cosas y usar a las personas". No olvidemos que lo que hoy sembremos, mañana lo cosecharemos.
20.1 A pesar de que Israel era un reino unido, seguía estando constituido de doce tribus separadas. Estas tribus a menudo tenían dificultades para ponerse de acuerdo sobre las metas de la nación como una entidad. Los celos entre tribus evitaron que originalmente Israel conquistara por completo la tierra prometida (léase el libro de Josué), y ahora los celos entre las tribus estaban amenazando la estabilidad del reino de David al darle a Seba una oportunidad para rebelarse (20.1ss).
20.7–10 Una vez más la traición asesina de Joab quedó sin castigo, de la misma manera que sucedió cuando mató a Abner (3.26, 27). No obstante, a la larga, la justicia lo atrapó (1 Reyes 2.28–35). Parece ser que a menudo el pecado y la traición se quedan sin castigo, pero la justicia de Dios no se ve limitada a las recompensas de la vida. Aun si Joab hubiera muerto de edad avanzada, habría tenido que enfrentarse el día del juicio.
20.16ss Los hombres de Joab estaban atacando la ciudad, y parecía que iban a destruirla. A pesar de que las mujeres de aquella sociedad por lo general permanecían calladas en público, esta mujer gritó. Detuvo los ataques de Joab no con armas, sino con palabras sabias y un plan de acción. A veces el valor de hablar unas pocas palabras con sensibilidad pueden prevenir un gran desastre.
20.23 Benaía era el capitán de la guardia del rey David y un miembro famoso de un grupo especial de hombres poderosos llamados «los treinta» (23.24). Permaneció leal a David durante la rebelión de Absalón. Más tarde ayudó a establecer a Salomón como rey (1 Reyes 1.32–40; 2.28–34) y a la larga reemplazó a Joab como comandante del ejército de Israel (1 Reyes 2.35).

Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

martes, 22 de mayo de 2007

2 Samuel 19:
Este capítulo inicia contando que David lloraba por la muerte de su hijo Absalón. La victoria que había logrado estaba opacada por la pérdida de su hijo. Entonces Joab lo hace reaccionar, haciéndole entender que no era momento de lamentarse, sino de actuar sabiamente; que él debía ponerse al frente para lograr restaurar el reino que se había dividido. Cuando pasamos por crisis, debemos reaccionar a tiempo para resolver las situaciones, y no quedarnos lamentándonos. Pensar de manera objetiva y no emotiva. Pensar en los demás y en nuestra responsabilidad.
(19.16–23). Muchos rebeldes tratan de «cambiar de tonada» cuando el rey regresa. David estaba tratando de reunir su fragmentado reino, de modo que no podía darse el lujo de perder ninguna de las tribus, pero más tarde Salomón le dio a Simei su merecido (1 R 2.36–46).
(19.24–30). No dice nada de bueno en cuanto a Siba que arribe en compañía de Simei (vv. 16–17). No cabe duda que Siba mintió con respecto a su amo y David trató de emitir un juicio equitativo. Triste como suena, su precipitada decisión anterior hizo difícil arreglar las cosas del todo; pero apreciamos la actitud de David. Vemos en Mefi-boset un buen ejemplo de preocupación por el rey ausente.
(19.31–43). Barzilai había salido al encuentro de la compañía de David en la hora de necesidad (17.27–29); y sin duda alguna este acto de bondad le costó algunos amigos, ¡pero fue maravillosamente recompensado cuando el rey regresó! Barzilai no quería dejar su casa y morir lejos de sus seres queridos, de modo que sugirió que le diera la bendición a Quimam (tal vez un hijo o nieto). Jeremías 41.17 nos informa que David le dio a Quimam la tierra cerca de Belén y que su familia vivió allí muchos años.
Todo este episodio del rechazo y regreso de David ilustra las actitudes de la gente de hoy respecto a Cristo. Hay unos pocos leales que están a favor del Rey ausente y existe la mayoría egoísta que prefiere rebelarse. Pero, ¿qué ocurrirá cuando el Rey vuelva? ¿Y qué estamos haciendo nosotros, sus seguidores, para acelerar su venida? (2 P 3.12).
Wiersbe, Warren W., Bosquejos Expositivos de la Biblia, AT y NT, (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, c1995.

lunes, 21 de mayo de 2007

2 Samuel 18:
El momento que David venía evitando finalmente llegó. Tenía que enfrentar con su ejército al de su hijo Absalón. Indudablemente su mayor temor era que su hijo muriera, en cumplimiento de la profecía de Natán, sobre las consecuencias del adulterio de David con Betsabé y el asesinato de su esposo Urías. Nuestra propia familia, los más cercanos, nuestros hijos; van a ser afectados positiva o negativamente por lo que hacemos. Asegurémonos de no tener que pagar el altísimo precio que pagó David, por sus malas decisiones y también por su falta de firmeza como padre.
18.1 David se hizo cargo como lo había hecho en días anteriores. En los últimos años, su vida había estado caracterizada por la indecisión y la parálisis moral. Ahora comenzaba a hacerse cargo y a cumplir con su deber.
18.12-14 Este hombre pescó a Joab en su hipocresía. Él sabía que, si el rey se hubiese enterado, Joab habría vuelto en su contra por haber matado al hombre. Joab no pudo responder, sólo lo despidió. Aquellos que están a punto de hacer una maldad, con frecuencia no toman el tiempo para considerar lo que están por hacer. No les importa si es o no correcto o lícito. No se apresure a actuar sin pensar. Considere si lo que está por hacer es correcto o no.
18.29 Si bien él llegó a la ciudad antes, Ahimaas tenía miedo de decirle al rey la verdad acerca de la muerte de su hijo Absalón.
18.33 ¿Por qué le afectó tanto a David la muerte de su hijo rebelde? (1) David se dio cuenta de que él, en parte, era el responsable de la muerte de Absalón. Natán, el profeta, había dicho que, debido a que mató a Urías, sus propios hijos se rebelarían en su contra. (2) David estaba enojado con Joab y con sus oficiales por matar a Absalón en contra de sus deseos. (3) David amaba profundamente a su hijo, aun cuando Absalón no lo mereciera. Hubiese sido más bondadoso y amoroso lidiar con el ego descontrolado de Absalón cuando era más joven.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

sábado, 19 de mayo de 2007

2 Samuel 17:
La Escritura dice que "en la multitud de consejeros está la sabiduría", pero también dice el salmo 1:
1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
4 No así los malos,
Que son como el tamo que arrebata el viento.
5 Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
6 Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá.
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
El salmo expresa en un lenguaje poético, lo que ocurrió cuando Absalón; lleno de soberbia y maldad, habiendo entrado en "consejo de malos y camino de pecadores", salió a perseguir a su padre para matarlo.
Debemos asegurarnos de estar en el camino correcto y de tener los consejeros correctos. Esto determinará cómo terminemos; si terminamos siendo "como árbol plantado junto a corrientes de aguas" ó, "como el tamo que arrebata el viento".
17.11 Husai apeló a Absalón por medio de la adulación, y la vanidad de Absalón se convirtió en su propia trampa. Husai predijo gran gloria para Absalón si él personalmente guiaba el ejército entero en contra de David. «Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu» (Proverbios 16.18) es un comentario apropiado para la condición soberbia y ambiciosa de Absalón.
17.25 Joab y Amasa eran sobrinos de David y primos de Absalón. Dado que Joab había dejado Jerusalén junto con David (véase 18.5, 10ss), Amasa tomó su lugar como comandante de las tropas de Israel.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

viernes, 18 de mayo de 2007

2 Samuel 16:
Los tiempos de rebelión son tiempos de revelación; usted ve lo que la gente realmente cree y dónde están. Siba le mintió a David respecto a Mefi-boset (véase 19.24–30) y David se precipitó a dictar juicio. Simei era pariente de la familia de Saúl y sin ocultarse mostró su odio hacia David. La paciencia de David bajo este juicio fue maravillosa; sabía que el Señor le vengaría en su tiempo apropiado. Abisai quería cortarle la cabeza al hombre (véanse Lc 9.54 y 1 P 2.23), pero David lo detuvo. David cayó en desgracia no sólo en el desierto, sino también en su palacio. Porque Ahitofel aconsejó a Absalón que tomara para sí las concubinas de su padre y así rompiera abiertamente con su padre. Esto fue un cumplimiento de la profecía de 12.11–12.
Hoy los hombres menosprecian y rechazan a nuestro Señor, así como David lo fue durante la rebelión. Requiere valor de hombres y mujeres permanecer leales al Rey en la actualidad, pero podemos estar seguros de que Dios recompensará tal lealtad cuando Jesús vuelva.
Wiersbe, Warren W., Bosquejos Expositivos de la Biblia, AT y NT, (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, c1995.

jueves, 17 de mayo de 2007

2 Samuel 15:
Otra de las épocas duras, dolorosas y tristes en le vida de David fue esta; en la que su hijo Absalón se rebeló contra él intentando quitarle el trono. Los grandes hombre y mujeres de Dios también pasaron por grandes dificultades y problemas. También cometieron errores que tuvieron que asumir y corregir. Hay mucho que aprender de este proceso en la vida de David.
15.1ss David escribió algunos salmos durante los días de la rebelión de Absalón. Algunos de ellos son los Salmos 39, 41, 55, 61, y 63.
15.2 La puerta de la ciudad era como una combinación de municipio y centro comercial. Debido a que Jerusalén era la capital de la nación, tanto los líderes locales como los nacionales se reunían ahí diariamente para hacer negocios, y resolver asuntos gubernamentales. La puerta de la ciudad era un punto perfecto para esto ya que las transacciones comerciales y gubernamentales requerían de testigos para hacerlas legales, y cualquiera que entrara o saliera de la ciudad tenía que usar la puerta. Los mercaderes establecían sus tiendas cerca de las puertas por la misma razón. Absalón, por lo tanto, fue a la puerta de la ciudad para tratar de ganarse el corazón de los líderes de Israel así como los de la gente común.
15.5, 6 La estrategia política de Absalón era robar los corazones de la gente por medio de su atractivo personal, grandes apariciones, aparente preocupación por la justicia y abrazos amistosos. Muchos fueron engañados y cambiaron su lealtad. Sin embargo, más tarde, Absalón demostró ser un gobernante malvado.
Necesitamos evaluar a nuestros líderes para asegurarnos de que su carisma no sea una máscara que cubra sus artimañas, la decepción o el hambre de poder. Asegúrese de que debajo de su estilo y encanto, sean capaces de tomar buenas decisiones y puedan manejar a la gente con sabiduría.
15.9 Absalón fue a Hebrón porque era su pueblo natal (3.2, 3). Hebrón también fue la primera capital de David, y ahí Absalón esperaba encontrar amigos leales que estuvieran orgullosos de él.
15.14 Si David no hubiera escapado de Jerusalén, la guerra siguiente lo habría destruido a él y a los habitantes inocentes de la ciudad. Algunas luchas que creemos son necesarias pueden resultar costosas y destructivas para aquellos que nos rodean. En tales casos, es sabio ceder y dejar la pelea para otro día, incluso si el hacerlo hiere nuestro orgullo. Se requiere valor para pararse y luchar, pero también para ceder cuando se deba por el bien de otros.
15.14 ¿Por qué no pudo David sencillamente sofocar la rebelión? Existen varias razones por las que él decidió huir: (1) La rebelión se había extendido (15.10–13), y no hubiera sido fácil de reprimir; (2) David no quería que se destruyera la ciudad de Jerusalén; (3) David todavía se interesaba por su hijo y no lo quería herir. Sabemos que David esperaba regresar a Jerusalén pronto, porque dejó a diez de sus concubinas para que cuidaran el palacio (15.16).
15.17, 18 En sus fuerzas armadas, David tenía muchos hombres leales que no eran israelitas. Los geteos de la ciudad filistea de Gat eran aparentemente amigos de David cuando se escondía de Saúl. Los cereteos y peleteos eran también del territorio de Filistea. Aunque se suponía que Israel debía destruir a los enemigos malvados, la nación tenía que dar la acogida a los extranjeros que vinieran en términos amigables (Éxodo 23.9; Deuteronomio 10.19) y tratarles de demostrar la importancia de obedecer a Dios.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

miércoles, 16 de mayo de 2007

2 Samuel 14:
14.11 La ley proporcionaba una manera de vengar el homicidio. Números 35.9–21 registra cómo las ciudades de refugio protegían a las personas de la venganza, y cómo los vengadores de la sangre debían perseguir a los homicidas. Esta mujer estaba solicitando la protección del rey ante cualquier reclamo presentado en su contra.
14.27 Al dar a su hija el nombre de Tamar, Absalón estaba mostrando su amor y respeto por su hermana Tamar. Esto también era para todos un recordatorio del viejo incidente.
14.30 Ya podemos ver en Absalón las semillas de rebelión. Por ser un joven independiente y maquinador, tomó el asunto en sus manos, y mató a su hermano (13.22–29). Al no tener a su padre ni a ningún otro que lo mantuviese a raya, probablemente hacía lo que quería, según se evidencia cuando prende fuego al campo de Joab para captar su atención (14.30). Sin duda su hermosura incrementaba su egocentrismo (14.25). Los niños necesitan disciplina, especialmente aquellos que tienen habilidades y belleza naturales. De lo contrario, como Absalón, crecerán con la idea de que pueden hacer lo que quieran cuando quieran hacerlo.
14.33 David sólo hizo leves esfuerzos para criar a sus hijos. Él no castigó a Amnón por su pecado contra Tamar, tampoco manejó de una manera decisiva el asesinato de Amnón por Absalón. Tal indecisión llegó a ser la ruina de David. Cuando se ignora el pecado resulta más doloroso a la larga que si se hubiera tratado con él inmediatamente.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

martes, 15 de mayo de 2007

2 Samuel 13:
Este capítulo nos relata una historia lamentable en la familia de David: su hijo mayor (Amnón) violó a una hermana suya (de diferente mamá), y luego el hermano de padre y madre de ella (Absalón), lo mató en venganza. Fueron los primeros frutos de las semillas de pecado que David había sembrado. Evidentemente, Amnón actuó enceguecido por una pasión desordenada y pecaminosa; actuó como un niño caprichoso, que quería a todo costa algo que no era correcto pero no le importó. Actuó además mal aconsejado, logró su propósito y no le importó haber lastimado y deshonrado a su propia hermana y haber desobedecido a Dios. También es muy grave el hecho de que David aunque se enojó mucho, no aplicó la disciplina debida a su hijo, fue negligente en su responsabilidad como papá, y propició un mal mayor como fue la venganza de Absalón.
13.14, 15 El amor y la lujuria son muy diferentes. Después de que Amnón violó a su media hermana, su «amor» se volvió odio. Si bien él decía estar enamorado, realmente estaba sujeto a la lujuria. El amor es paciente, la lujuria requiere de una satisfacción sexual inmediata. El amor es benigno, la lujuria es cruel. El amor no busca lo suyo, la lujuria sí. Usted puede leer acerca de las características del verdadero amor en 1 Corintios 13. La lujuria puede parecer amor al principio, pero cuando se expresa físicamente produce amargura y odio hacia la otra persona. Si usted no puede esperar, lo que siente no es verdadero amor.
13.16 La violación estaba estrictamente prohibida por Dios (Levítico 22.28, 29). ¿Por qué el rechazar a Tamar fue un crimen mayor? Al echarla, Amnón dio a entender como si Tamar le hubiera hecho una proposición indecorosa, y no había testigos a su favor porque Amnón se habría deshecho de los sirvientes. Su crimen destruyó cualquier posibilidad de matrimonio para ella, debido a que ya no era virgen, no podía ser dada en matrimonio.
13.20 Absalón trató de consolar a Tamar y de persuadirla para que no convirtiera ese incidente en un escándalo público. En forma secreta, él planeó su venganza en contra de Amnón. Esto lo llevó a cabo dos años más tarde (13.23–33). Absalón trató de consolar a Tamar diciendo que el crimen había sido sólo un asunto familiar. Pero las normas de Dios para la conducta moral no se suspenden cuando se trata de asuntos familiares.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

lunes, 14 de mayo de 2007


2 Samuel 12:
"Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. 6Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia" (v. 5, 6). Estas fueron las palabras de David cuando escuchó la historia que el profeta Natán le contó, y que simbolizaba lo que el mismo David había hecho: "Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, 8y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más. 9¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón" (v. 7-9). El mismo David pronunció la sentencia por su pecado. Nuestra tendencia es a ver clara y fácilmente lo malo de los demás, pero no nuestros errores. Tendemos a ser muy estrictos con otros, pero indulgentes con nosotros mismos. Esto no debe ser así; bien dijo El Señor Jesús que debemos "mirar primero la viga en nuestro ojo y no la paja en el de los demás". El Señor tuvo misericordia de David y "remitió" sus pecados, pero las consecuencias vinieron sobre él y sobre su descendencia. Debemos tener clara esta realidad; por la obra de la cruz, recibimos perdón de pecados y vida eterna, pero nos toca asumir las consecuencias de lo que hacemos. La Biblia dice: "23Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23), no lo olvidemos. Es nuestra la elección; muerto ó vida.
12.1ss Como profeta, Natán era requerido para confrontar el pecado, incluso el pecado de un rey. Se necesitó un gran valor, habilidad y tacto, para hablar con David de forma tal que lo hiciera ver sus malas acciones. Cuando tenga que confrontar a alguien con noticias desagradables, pida en oración valor, habilidad y tacto. Si quiere que esa persona responda de una manera constructiva, piense lo que va a decir. La forma en que usted presenta su mensaje es tan importante como lo que dice. Sazone sus palabras con sabiduría.
12.5, 6 Había pasado un año, para ese entonces David estaba tan insensible a sus propios pecados que no se dio cuenta que él era el villano en la historia de Natán. Las cualidades que condenamos en otros son a menudo nuestros propios defectos de carácter. ¿Qué amigos, socios o miembros de su familia le son difíciles de aceptar y fáciles de criticar? En vez de tratar de cambiarlos pídale a Dios que lo ayude a entender sus sentimientos, y a ver sus propios defectos con mayor claridad. Usted puede descubrir que al condenar a los demás, se ha condenado a sí mismo.
12.13 Durante este incidente, David escribió el Salmo 51, dándole un discernimiento valioso en su carácter, y ofreciéndonos una esperanza para nosotros también. No importa cuán miserable la culpabilidad lo haga sentirse o cuán terrible sea el pecado que ha cometido, usted puede volcar su corazón en Dios, y buscar su perdón como lo hizo David. Hay perdón para nosotros cuando pecamos. David también escribió el Salmo 32, que expresa el gozo que sintió después de ser perdonado.
12.14 David confesó, y se arrepintió de su pecado (12.13), pero el juicio de Dios fue que su niño muriera. Las consecuencias del pecado de David fueron irreversibles. En ocasiones no basta una disculpa. Cuando Dios nos perdona, y restaura nuestra relación con Él, no elimina las consecuencias de nuestras malas acciones. Quizá nos veamos tentados a decir: «si eso está mal, puedo pedirle perdón a Dios», pero debemos recordar que podemos echar a andar situaciones cuyas consecuencias no podremos revertir.
12.20–24 David no continuó viviendo en su pecado. Se volvió a Dios, y Él lo perdonó abriendo el camino para que comenzara su vida de nuevo. Hasta el nombre que Dios le dio a Salomón (Jedidías, «Amado de Jehová») era un recordatorio de la gracia de Dios (12.25). Cuando regresamos a Dios, aceptamos su perdón y cambiamos nuestra manera de vivir, Él nos da un fresco comienzo. Para sentirse perdonado como David, reconozca su pecado ante Dios y vuélvase a Él. Luego siga adelante en su vida cristiana, con un nuevo y fresco comienzo.

Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

sábado, 12 de mayo de 2007


2 Samuel 11:
11.1 El invierno es una estación de lluvia en Israel, la época cuando se plantan los cultivos. La primavera era un momento adecuado para ir a la guerra debido a que los caminos estaban secos, haciendo más fáciles el traslado de las tropas, los carros de abastecimientos y las carrozas. En Israel, muchas cosechas estaban listas para ser levantadas en la primavera. Estas cosechas eran una fuente importante de alimento para los ejércitos en tránsito.
11.1 Este sitio exitoso (véase 12.26, 27) puso fin al poder de los amonitas. Desde este momento, los amonitas quedaron sujetos a Israel.
11.1ss En el episodio con Betsabé, David se permitió caer hondo y más profundamente en el pecado. (1) David abandonó su propósito al estar en casa para la batalla (11.1). (2) Centró sus pensamientos en sus propios deseos (11.3). (3) Cuando la tentación llegó, la examinó en vez de alejarse de ella (11.4).(4) Pecó deliberadamente (11.4). (5) Trató de cubrir su pecado traicionando a otros (11.6–15). (6) Cometió asesinato para continuar cubriendo su pecado (11.15, 17). Finalmente su pecado fue expuesto (12.9), y fue castigado (12.10–14). (7) Las consecuencias de su pecado afectaron a muchos otros (11.17; 12.11, 14, 15).
David pudo haber decidido detenerse, y volverse del mal en cualquier etapa de su camino. Pero una vez que se inicia la progresión de pecados es difícil detenerse (Santiago 1.14, 15). Mientras más grande es el desastre menos admitimos que nosotros lo causamos. Es mucho más facil dejar de deslizarse por una colina cuando se está cerca de la cima que a mitad del camino. La mejor solución es detener el pecado antes de que comience.
11.3, 4 Cuando David miró desde la terraza del palacio, vio a una bella mujer que se estaba bañando, y la lujuria llenó su corazón. Debió haber dejado la terraza y huido de la tentación. En vez de eso, abrigó la tentación al investigar acerca de Betsabé. El resultado fue devastador.
Para huir de la tentación: (1) Ruegue a Dios en oración que lo ayude a alejarse de la gente, lugares y situaciones que representen una tentación. (2) Memorice y medite en porciones de las Escrituras que combatan esas debilidades específicas. En la raíz de la mayoría de las tentaciones se encuentra una necesidad o deseo real que Dios puede llenar. (3) Busque a otro creyente con quien pueda abrirse y contar sobre sus luchas, y pedir ayuda a esta persona cuando la tentación llegue.
11.4 La frase «se purificó de su inmundicia» significaba que Betsabé acababa de completar los ritos de purificación que seguían a la menstruación. Por lo tanto, Betsabé no pudo estar embarazada de su esposo cuando David durmió con ella. Levítico 15.19–30 nos da más información sobre los ritos de purificación que Betsabé tenía que llevar a cabo.
11.15 David puso tanto a Betsabé como a Joab en una situación difícil. Betsabé sabía que era pecado cometer adulterio, pero el rehusarse a la petición del rey podría significar un castigo o la muerte. Joab no sabía por qué Urías tenía que morir, pero era obvio que el rey lo quería muerto. En ocasiones nos enfrentamos a situaciones que nos presentan sólo dos alternativas aparentes, y las dos parecen estar mal. Cuando esto suceda, no debemos perder la visión de lo que Dios quiere. La respuesta sería buscar más alternativas. Al hacer esto, tendremos la posibilidad de buscar una que honre a Dios.
11.25 La respuesta de David ante la muerte de Urías parece petulante e insensible. Mientras que se lamentó profundamente por Saúl y Abner, sus rivales (cap. 1; 3.31–39) no mostró ninguna aflicción por Urías, un buen hombre con un carácter espiritualmente firme. ¿Por qué? David se había hecho insensible a su propio pecado. La única manera en la que pudo cubrir su primer pecado (adulterio) fue pecando otra vez, y muy pronto no sintió más culpabilidad por lo que había hecho. El pecado deliberado y repetido nubló su sensibilidad a las leyes de Dios, y a los derechos de los demás. Mientras más trate de cubrir un pecado, más insensible se hará a él. No se endurezca ante el pecado como hizo David. Confiese de inmediato sus malas acciones a Dios, y a quien corresponda, antes de que se olvide que son pecados.


Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

viernes, 11 de mayo de 2007

2 Samuel 10:
"Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere".
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
Los hijos de Dios estamos llamados a "pelear las batallas del Señor". Hemos insistido (y una vez más lo hacemos) en que las batallas del Señor hoy, no son contra ejércitos físicos, ni contra seres humanos; son contra "principados y potestades, contra huestes espirituales de maldad". Es una guerra espiritual que se debe pelear con armas espirituales, como son la oración, el ayuno bíblico, la alabanza, la autoridad del Nombre del Señor Jesús, la espada del Espíritu (la palabra de Dios). La Escritura dice que "no es con espada ni con ejército, sino con tu Santo Espíritu". Por eso como dijo Joab en 2 Samuel 10: ¡esforcémonos por nuestras familias, por nuestras ciudades! Seamos diligentes en esta lucha, en la que está en juego el futuro de nuestros hijos, la próxima generación. Esta lucha se libra primero en nuestros corazones. Tedd Trip en su libro Shepherding a child´s heart (pastoreando el corazón de un niño), escribió: "Los padres están envueltos en un combate mano a mano en el campo de batalla más pequeño del mundo, los corazones de sus hijos". Necesitamos estar preparados para esta batalla, recordando que "en Cristo somos más que vencedores" (Romanos 8: 37).
10.6 Debido a que Hanún siguió un mal consejo, sospechó de los motivos de los embajadores y los humilló. Se dio cuenta de que David estaba enojado e inmediatamente formó sus fuerzas para la batalla. Debió haber pensado más cuidadosamente sobre ese consejo, pero aunque no lo hubiera admitido, debió haber intentado negociar con David. En cambio, se negó a admitir cualquier falta, y se alistó para la guerra. A menudo respondemos con ira, y a la defensiva, en vez de admitir que hemos cometido un error, pedir disculpas y tratar de disipar la ira de la otra persona. En lugar de pelear debemos estar dispuestos a buscar la paz.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

jueves, 10 de mayo de 2007

2 Samuel 9:
Esta es una hermosa historia de amor y misericordia del rey David, por un hombre que había perdido su posición de príncipe, había perdido a su padre (Jonatán) y a su abuelo (Saúl), y por un accidente había quedado lisiado. Es semejante a la historia del amor de Dios por nosotros, que habíamos perdido nuestra posición, nuestra relación con Él, estábamos condenados a vivir separados de Él y a sufrir las consecuencias del pecado. Estábamos perdidos y condenados, lisiados del alma y del espíritu. Pero la gran "buena noticia" es: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
Nuestro buen Dios decidió tener misericordia de nosotros, así como David de Mefi-boset. Decidió restaurarnos en nuestra relación con Él, convirtiéndonos en Sus hijos, llevándonos a la posición de "herederos de Dios y co-herederos con Cristo", a "comer a su mesa para siempre". También nos ha "restituído los bienes y derechos" que El Señor Jesús ganó en la cruz para nosotros. Es la mayor expresión de Su amor por nosotros: "...yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Juan 10:10b).
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
Vivamos agradecidos con Él, reconozcamos Su amor eterno y amémosle de corazón. Disfrutemos de la posición y de la relación que nos dio por medio de la obra redentora de Jesús por nosotros. Vengamos "a Su mesa" cada día y saciemos nuestra hambre y sed espiritual, en Su palabra. Vivamos en comunión con Él como hijos amados.

miércoles, 9 de mayo de 2007


2 Samuel 8:
"Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue" (v. 6 y 14). "Así ganó David fama" (v. 13).
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
David tenía grandes habilidades, destrezas, mucha experiencia como guerrero, hombres muy valientes a su lado, un gran equipo; pero fue Dios quien le dio la victoria. ¿Quisiéramos que Dios nos dé la victoria?, ¿cuál es la fama que hemos ganado?. La fama que David ganó fue de vencedor, de victorioso; pero sobre todo de amar, conocer y obedecer a Dios. La victoria fue el resultado. ¿Buscamos las victorias de Dios ó al Dios de las victorias?. Tal vez más importante que las victorias militares, fue la capacidad para organizar el país, para administrar, para dirigir un equipo de gente idónea, en las posiciones correctas; de manera que lo ganado en lo militar, no se perdiera por el mal manejo de los asuntos públicos. El versículo 15 dice: "Y reinó David sobre todo Israel; y David administraba justicia y equidad a todo su pueblo". Es más difícil mantener las victorias que lograrlas, gobernar y administrar sabiamente que conquistar. Recordemos que lo que necesitamos conquistar, gobernar y administrar sabiamente, es nuestra vida personal, nuestro hogar en primer lugar. Luego sí, podremos hacerlo hacia afuera, en lo público, en lo laboral, en lo profesional.

martes, 8 de mayo de 2007

2 Samuel 7:
7.1ss Este capítulo registra el pacto que hizo Dios con David, prometiéndole que continuaría la línea de David para siempre. Esta promesa se vio cumplida en su totalidad con el nacimiento de Cristo Jesús. Si bien la palabra pacto no se establece específicamente aquí, se usa en cualquier otra parte para describir esta ocasión (23.5; Salmo 89.3, 4, 28, 34–37).
7.2 Esta es la primera vez que se menciona al profeta Natán. Dios se aseguró de que durante el reinado de cada uno de los reyes de Israel hubiera un profeta. Las obligaciones principales de un profeta eran las de exhortar al pueblo a seguir a Dios, y comunicar sus leyes y los planes para el rey. La mayoría de los reyes rechazaron a los profetas enviados por Dios. Pero Dios les dio la oportunidad de escuchar y obedecer. En los años anteriores, los jueces y los sacerdotes tenían el papel de profetas. Samuel sirvió como juez, sacerdote y profeta llenando el vacío entre el período de los jueces y la monarquía.
7.5 En este mensaje de Natán, Dios dice que Él no quería que David construyera una «casa» para Él ¿Por qué no quería Dios que David construyera un templo para Él? Dios dijo a David que su trabajo era unificar y guiar a Israel, y destruir a sus enemigos. Esta tarea requeriría que David derramara una gran cantidad de sangre. En 1 Crónicas 28.3 se menciona que Dios no quería que un guerrero construyera su templo. Por lo tanto, David hizo planes y recolectó los materiales para que así su hijo Salomón pudiera comenzar a trabajar en el templo tan pronto como llegara a ser rey (1 Reyes 5–7). David aceptó su papel en el plan de Dios y no trató de ir más allá. Algunas veces Dios le dice no a nuestros planes. Cuando eso ocurra debemos utilizar las otras oportunidades que Él nos da.
7.8–16 La petición de David era buena, pero Dios dijo que no. Esto no quiere decir que Dios rechazó a David. Es más, Dios estaba planeando algo aun mayor en la vida de David que permitirle el prestigio de construir el templo. Aunque Dios rechazó la petición de David prometió que continuaría la casa (o dinastía) de David para siempre. La dinastía terrenal de David terminó cuatro siglos más tarde, pero Jesucristo, un descendiente directo de David, fue el cumplimiento final de esta promesa (Hechos 2.22–36). Cristo reinará por toda la eternidad, ahora en su reino espiritual y en los cielos, y más tarde en la tierra, en la nueva Jerusalén (Lucas 1.30–33; Apocalipsis 21). ¿Ha orado con buenas intenciones, sólo para que Dios le diga que no? Esta es la manera que Dios tiene de dirigir su vida hacia un propósito mayor. Aceptar el no de Dios requiere tanta fe como para cumplir el sí de Dios.
7.18ss Esta sección registra la oración de David en la que expresa su humilde aceptación de la promesa de Dios para extender su dinastía para siempre. David se dio cuenta de que estas bendiciones habían sido conferidas a él y a sus descendientes para que Israel también fuera bendecido. Ayudarían a cumplir el gran propósito de Dios, y sus promesas para toda la nación; y a la larga, para el mundo entero (Génesis 12.1–3).
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

lunes, 7 de mayo de 2007

2 Samuel 6:
A veces tomamos muy a la ligera la presencia de Dios. Podría parecer demasiado drástico que muriera un hombre por tocar el arca de Dios, pero realmente no lo es. Es necesario que aprendamos a mostrar reverencia y respeto ante Él, y que sigamos los parámetros establecidos para estar en Su presencia y ofrecer nuestro culto. Hoy, gracias a la obra del Señor en la cruz; tenemos acceso libre ante Su trono. Pero no debemos olvidar que "sin santidad nadie verá a Dios". Debemos mantener un correcto equilibrio entre la familiaridad y la libertad que nos da el hecho maravilloso de ser hijos Suyos y la reverencia y respeto que es digno de recibir nuestro Padre.
También es un gran ejemplo el que nos da David, cuando entra en Jerusalén danzando delante del Señor. Públicamente ofreció su alabanza con gozo, despojándose de sus vestidos de rey; para reconocer a Aquel que es Rey sobre todos. Sus palabras a Mical, quien se enojó porque supuestamente se había hecho "vil" ante el pueblo; son claras y elocuentes: "Fue delante de Jehová, quien me eligió en preferencia a tu padre y a toda tu casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel. Por tanto, danzaré delante de Jehová. 22Y aun me haré más vil que esta vez, y seré bajo a tus ojos; pero seré honrado delante de las criadas de quienes has hablado".
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
Es "delante del Señor" que debemos ofrecer nuestra alabanza, nuestra adoración. Es "delante de Él" que debemos vivir y a Él a quien debemos agradar y no a los hombres. Asegurémonos de hacer lo que Él quiere, lo que correcto a Sus ojos, y no lo que la cultura acepta y valida como correcto. Hoy vemos en la cultura que predomina el "relativismo moral". No hay normas ni principios absolutos, no hay valores claros. El resultado es: descomposición moral, crisis de la familia, maltrato en los hogares, violencia social, injusticia social, una generación que se descompone cada vez más y nos preguntamos por qué. El hombre moderno cree que puede excluir a Dios de su vida, sacarlo del hogar, del colegio, de la universidad, de las empresas, del gobierno; sin asumir las consecuencias. ¡Es una gran mentira! Necesitamos volver los ojos al Dios de la Biblia, a los principios eternos que dejó en ella; aprender a vivir con base en esos principios. De lo contrario, tendremos que sufrir cada vez más las consecuencias.

domingo, 6 de mayo de 2007

2 Samuel 5:
David reinó siete años en Hebrón sobre la tribu de Judá; ahora iba a reinar treinta y tres años sobre toda la nación, para un total de cuarenta años. Este es el tercer ungimiento de David: Samuel le ungió en su casa en Belén y los hombres de Judá le ungieron en Hebrón (2.4). Véase en el Salmo 18 el canto de victoria de David después que Dios derrotó a todos sus enemigos y le dio paz. Este es un buen salmo para leer cuando se está en problemas, porque muestra cómo el Señor nos saca y nos conduce a un lugar de mayor bendición. No cabe duda de que David no disfrutó de sus muchas pruebas, pero podía mirar hacia atrás y dar gracias a Dios por ellas.
El rey necesitaba ahora una nueva capital y escogió Jerusalén. Esta fortaleza no se había capturado antes (Jos 15.63; Jue 1.21) y los jebuseos eran arrogantes y desafiaron a David a que los atacara. «¡Los cojos y los ciegos te pueden derrotar!», se mofaron, pero David y sus hombres convirtieron sus mofas en gritos de derrota. En 1 Crónicas 11.5–8 se nos narra que Joab fue el hombre que Dios usó para abrir la ciudad. Hay quienes opinan que los hombres de David se deslizaron en la ciudad sin ser notados a través del acueducto, pero algunos arqueólogos sostienen que el sistema de acueducto no estaba ubicado en ese punto. Parece claro por el texto que David usó el túnel del agua como su medio para entrar y que Joab llevó a cabo el plan maestro del rey.
No mucho después de que David se estableciera en su ciudad volvieron sus viejos enemigos, los filisteos. Cuán cierto es esto en nuestras vidas: Satanás espera por la «paz después de la tormenta» para atacarnos de nuevo. David sabía que la voluntad del Señor era el único camino a la victoria, de modo que de inmediato le consultó. Nótese que el segundo ataque (vv. 22–25) fue diferente al primero y que David fue lo suficientemente sabio como para buscar de nuevo la dirección de Dios. Dios le guió en una nueva forma. Debemos tener cuidado de no guardar «copias carbón» de la voluntad de Dios, sino buscarle de nuevo para cada nueva decisión.
Es cierto que la voluntad de Dios era que David reinara sobre la nación entera, así como es su voluntad que Cristo sea el Señor en todo en nuestras vidas. Cualquier parte que se deje fuera de su voluntad va a rebelarse y causar problemas. Somos «huesos de sus huesos y carne de su carne» (5.1; Ef 5.30) y debemos invitarle a reinar sobre nosotros. Sólo así tendremos paz y victoria completas.
El camino de David al trono abarcó muchos años y pruebas, pero a través de toda la jornada él puso a Dios primero y nunca buscó venganza ni tomó represalias contra Saúl. Dios tuvo a bien que David fuera protegido y promovido de acuerdo a su tiempo y su plan. Él hará lo mismo por nosotros si sólo confiamos en Él.
Wiersbe, Warren W., Bosquejos Expositivos de la Biblia, AT y NT, (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, c1995.

sábado, 5 de mayo de 2007

2 Samuel 4:
El hijo de Saúl, Is-boset; tenía trabajando para él a dos hombres perversos. Y fueron ellos los que lo mataron, creyendo tener una gran oportunidad de agradar a David y seguramente recibir una gran retribución por hacerle este "favor". Evidentemente no conocían el corazón del hombre que había aprendido a amar a Dios, que no quería venganza, que no estaba lleno de ambición por el poder, como es lo más lógico y natural en los seres humanos cuando están apartados del conocimiento de Dios y de Sus propósitos. La respuesta de David evidencia lo que había en su corazón: "Vive Jehová que ha redimido mi alma de toda angustia, 10que cuando uno me dio nuevas, diciendo: He aquí Saúl ha muerto, imaginándose que traía buenas nuevas, yo lo prendí, y le maté en Siclag en pago de la nueva. 11¿Cuánto más a los malos hombres que mataron a un hombre justo en su casa, y sobre su cama? Ahora, pues, ¿no he de demandar yo su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra?".

Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
Lo que tenía en su corazón era un gran respeto por la autoridad de Dios, representada en aquellos que él había elegido, aunque se equivocaran como lo hizo Saúl. Había un amor de amigo hacia los hijos de Saúl, había claro sentido de justicia que estaba muy por encima de sus intereses personales. Había, ante todo, un sincero deseo de agradar a Dios. No hablamos de un hombre perfecto ni mucho menos, ya que no hay hombres perfectos. David cometió grandes errores pero los reconoció y se arrepintió. Lo que resaltamos no son las virtudes de un hombre, sino las cualidades del carácter que Dios puede formar en nuestros corazones cuando lo conocemos, lo buscamos y lo amamos, como lo hizo David.
4.1 Is-boset fue un hombre que obtenía valor de otro hombre (Abner) en vez de obtenerlo de Dios. Cuando Abner murió, Is-boset se quedó sin nada. En crisis y bajo presión, se derrumbó en temor. El miedo puede paralizarnos, pero la fe y la confianza en Dios pueden superar el temor (2 Timoteo 1.6–8; Hebreos 13.6). Si confiamos en Dios, seremos libres para responder con valentía a los sucesos que ocurran a nuestro alrededor.
4.4 El resto de la historia de Mefi-boset se relata en 2 Samuel 9; 16.1–4; y 19.24–30.
4.11 David llamó a Is-boset «justo». Como hijo de Saúl, Is-boset tenía razón para pensar que estaba en la línea directa para subir al trono. No era malvado al querer ser rey; por el contrario, simplemente fue muy débil para oponerse a la injusticia. Aun cuando David sabía que Is-boset no era el líder que se necesitaba para unir a Israel, no tenía ninguna intención de matarlo. Dios le había prometido el reino a David y él sabía que Dios cumpliría su promesa.
Cuando David se enteró de la muerte de Is-boset se puso furioso. Nunca había hecho ningún daño a Saúl, y pensó que el método del asesino era cobarde. David quería unir a Israel, no quería abrir un abismo entre él y los seguidores de Is-boset. Para demostrar que no tenía nada que ver con el exterminio del hijo real de Saúl, ordenó que los asesinos fueran ejecutados. Is-boset recibió una honrosa sepultura. Todas las tribus de Israel, reconocieron en David al líder fuerte que necesitaban, y le prodigaron su lealtad. Sin duda alguna, la amenaza filistea y la reputación militar de David (1 Samuel 18.7) ayudaron, además, a unificar el pueblo.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

viernes, 4 de mayo de 2007

2 Samuel 3:
El reino de David siguió consolidándose cada vez más. Hasta este momento reinaba únicamente sobre la tribu de Judá, en Hebrón y el general del ejército de Israel, Abner, le ofreció su apoyo para que toda la nación lo reconociera. Aunque una situación desafortunada llevó a la muerte de Abner, quien fue asesinado por Joab (jefe del ejército de David) en venganza por la muerte de su hermano; la reacción de David al lamentar y condenar este hecho, ayudó para que todo el pueblo apreciara y reconociera a David. Ninguna situación se sale del control del Señor, y aún los errores nuestros o las injusticias de otros, pueden ser transformadas por Él en resultados positivos para nosotros (Romanos 8:28: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados").
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
3.1 Los sucesos del capítulo 2 llevaron a una guerra prolongada entre los seguidores de David y las tropas leales a Abner y a Is-boset. La guerra civil estremeció al país y ambos bandos pagaron un precio muy alto. Esta guerra surgió debido a que Israel y Judá perdieron de vista lo que era el propósito y la visión de Dios: establecerse en la tierra (Génesis 12.7), sacar a los cananeos (Deuteronomio 7.1–4), y obedecer las leyes de Dios (Deuteronomio 8.1). En vez de unirse para alcanzar estas metas, pelearon entre sí. Cuando enfrente un conflicto, dé un paso atrás en las hostilidades y considere si usted y su enemigo tienen metas en común que son más grandes que sus diferencias. Apele a estos intereses para poder llegar a un acuerdo.
3.2–5 David sufrió mucha angustia debido a la gran cantidad de esposas que tuvo. La poligamia era una práctica socialmente aceptada para los reyes en esos tiempos, a pesar de que Dios lo prohibía específicamente (Deuteronomio 17.14–17). Con gran tristeza, los numerosos hijos que nacieron de las esposas de David, le causaron a este grandes problemas: violación (13.14), asesinato (13.28), rebelión (15.13) y codicia (1 Reyes 1.5, 6). Todas estas cosas fueron producto de los celos y rivalidades que existían entre los medio hermanos. Salomón, uno de los hijos de David y su sucesor al trono, también tuvo muchas esposas, y estas a la larga, lo alejaron de Dios (1 Reyes 11.3, 4).
3.6, 7 El dormir con cualquiera de las esposas o concubinas del rey era reclamar el trono para sí, y era considerado como traición. Debido a que Is-boset era un gobernante débil, Abner estaba a cargo del país. Por lo tanto, pudo haber considerado justificable su acción de dormir con la concubina de Saúl. Is-boset, de cualquier modo, vio que el poder de Abner se acrecentaba demasiado.
3.7 Is-boset tuvo razón al hablar en contra del comportamiento de Abner, pero no tuvo la fuerza moral para mantener su autoridad (3.11). La falta de firmeza moral llegó a ser la raíz de los problemas que Israel tuvo durante los próximos cuatro siglos. Sólo cuatro de los siguientes cuarenta reyes de Israel fueron llamados «buenos». Se necesita valor y fortaleza para mantenerse firme ante nuestras convicciones para enfrentar las malas acciones frente a la oposición. Cuando crea que algo está mal, no permita que lo disuadan de su posición. Ataque con firmeza el mal y levántese en favor del bien.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

jueves, 3 de mayo de 2007

2 Samuel 2:
David tenía el buen hábito de consultar al Señor sobre lo que debía hacer. Ya muerto Saúl parecía demasiado obvio que David podía asumir el reino en todo Israel, pero él no lo dio por hecho sino que se aseguró, buscando la guía de Dios. Como siempre, El Señor le contestó diciéndole específicamente qué hacer. ¡Qué maravilla poder vivir de esta manera!, conociendo y sirviendo al Dios vivo, que habla, que se manifiesta, que nos conoce y sabe lo mejor para nosotros. Él promete estar con nosotros, dirigirnos y capacitarnos en todos los aspectos de nuestra vida. Esta es una vida de comunión con Él, de victorias, de propósito. Es vivir practicando lo que dice el salmo 37: 3-6: "3 Confía en Jehová, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. 4 Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. 5 Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. 6 Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía".
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
2.1 Dios dijo a David que regresara a Hebrón, donde pronto sería coronado rey de Judá. David hizo de Hebrón su capital porque: (1) era la ciudad más grande de Judá en ese tiempo, (2) era segura contra los ataques, (3) estaba localizada cerca del centro del territorio de Judá, y (4) muchas rutas principales de comercio convergían en Hebrón, haciendo de esta manera difícil el corte de las líneas de suministro.
2.4 La tribu de Judá coronó públicamente a David como su rey. Samuel había ungido rey a David muchos años antes (1 Samuel 16.13), pero la unción había sido llevada a cabo en privado. Esta coronación fue como una toma de posesión de un funcionario público que ya había sido elegido para ese puesto. Sin embargo, el resto de Israel, no aceptó el reinado de David durante siete años y medio (2.10, 11).
2.21–23 Abner advirtió en repetidas ocasiones a Asael que regresara para no perder su vida, pero Asael se negó por el deber que se impuso a sí mismo. La persistencia es una cualidad buena si se usa para una buena causa. Pero si la meta es exclusivamente el honor personal o de algún beneficio, la persistencia puede no ser más que mera terquedad. La terquedad de Asael no solo le costó la vida, sino que además aceleró una desunión infortunada en el ejército de David en los años siguientes (3.26, 27; 1 Reyes 2.28–35). Antes de que decida alcanzar una meta, asegúrese de que la misma valga su devoción.
Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

miércoles, 2 de mayo de 2007

2 Samuel 1:
¡Ha perecido la gloria de Israel sobre tus alturas!
Cómo han caído los valientes!¡ (v. 19)
...Porque allí fue desechado el escudo de los valientes,
El escudo de Saúl, como si no hubiera sido ungido con aceite (v. 21).
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
Un amalecita vino a contarle a David sobre la derrota y la muerte de Saúl y sus hijos. Mintió, le añadió a la verdad atribuyéndose la muerte de Saúl, tal vez esperando ser recompensado por David quien sería el sucesor en el trono. Pero no fue así; David no se alegró, ni celebró la muerte de Saúl, demostrando así que no anhelaba un puesto, un título o una posición. Sinceramente amaba a Saúl, lo respetaba y lamentó su pérdida. De una manera hermosa, por demás poética; endechó a Saúl, a Jonatán y al ejército de Israel. De Saúl dice "como si no hubiera sido ungido con aceite", porque haber sido ungido con aceite significaba haber sido elegido por Dios, consagrado para Su servicio, y no tenía por qué terminar así. Pero Saúl dejó al Señor, lo desobedeció, no corrigió su camino al ser amonestado y terminó su vida "como si no hubiera sido ungido con aceite". Nosotros hemos sido ungido con aceite, si es que hemos recibido al Señor Jesús en nuestro corazón. El aceite simboliza Su Santo Espíritu, que por Su gracia y amor han sido derramados sobre nosotros para le sirvamos y vivamos para Él. No tenemos por que terminar como Saúl, pero depende de nosotros, de nuestra obediencia a Dios, de nuestra vida entregada a Aquel que nos amó, nos eligió y nos ungió con Su Espíritu.
Alguien menos santo se hubiera regocijado de la muerte del enemigo, pero David era un hombre conforme al corazón de Dios y sintió profundamente la tragedia del pecado de Saúl. Por supuesto, Jonatán, el querido amigo de David también había muerto; el pecado de un padre desobediente trajo juicio sobre gente inocente. En nuestro estudio de 1 Samuel ya hemos notado las lecciones de la muerte de Saúl, pero sería provechoso considerar algunos otros detalles.
Nótese que un amalecita trajo las noticias y se adjudicó de que al final quitó la vida a Saúl. Si Saúl hubiera obedecido a Dios en 1 Samuel 15 y matado a todos los amalecitas, esto no hubiera ocurrido. El pecado que no eliminamos es el que nos eliminará. Véase Deuteronomio 25.17–19.
La lamentación de David es conmovedora; véase Proverbios 24.17. Este «Canto del arco» [como algunos le llaman] se conecta con el uso que Jonatán hizo del arco (1 S 20.20ss). No hay palabras desagradables acerca de Saúl en este canto. La principal preocupación de David era que al ungido del Señor dieron muerte y la gloria del Señor se había reducido. Estaba ansioso de que el enemigo no salvo no se regocijara por la victoria. «¡Cómo han caído los valientes!» es su tema (vv. 19.25, 27). En 1 Samuel 10.23 Saúl «era más alto» que todos los demás hombres, ¡pero ahora había caído más bajo que el enemigo!
Wiersbe, Warren W., Bosquejos Expositivos de la Biblia, AT y NT, (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, c1995.