Campaña 100 días de avivamiento, día 23: 1 Corintios 12:No debemos ignorar sobre los dones espirituales, los regalos que El Señor reparte en el cuerpo para enriquecer y capacitar a cada miembro (cada creyente en Cristo), y al cuerpo en general. Estos regalos son indispensables para el desarrollo de la misión de la iglesia, para el crecimiento de cada creyente y para el cumplimiento de los propósitos del Señor. No conocerlos, entenderlos y desarrollarlos, produce estancamiento personal y en la iglesia, resultados minimizados en la obra, cansancio y frustración en el obrero que trata de obedecer y servir Al Señor, sin la capitación sobrenatural del Espíritu Santo. Lo primero que debemos saber y entender, es que hay una gran diversidad en los dones espirituales, que son recibidos por cada creyente después de su nuevo nacimiento. Aquí en este capítulo, por ejemplo, menciona que hay diversos dones, diversos ministerios y diversas operaciones; y que a cada uno se nos da "la manifestación del Espíritu para provecho". Se mencionan algunos dones: palabra de sabiduría, palabra de ciencia, fe, dones de sanidades, hacer milagros, profecía, discernimiento de espíritus, diversos géneros de lenguas, interpretación de lenguas. Es necesario que estudiemos sobre estos dones y que nos involucremos activamente en la obra del Señor, para descubrir nuestros dones y ponerlos al servicio de la iglesia. El Espíritu santo reparte a cada uno como Él quiere y debemos aceptar y aprovechar los diferentes dones que tenemos para complementarnos como un excelente equipo que se desempeña con gran eficacia, de la manera que lo hace nuestro cuerpo físico.
"12.1ss Las habilidades especiales dadas a cada persona por el Espíritu Santo son llamadas dones espirituales. Nos capacitan para ministrar a las necesidades del cuerpo de los creyentes. Este capítulo no es una lista exhaustiva de los dones espirituales (véanse Romanos 12; Efesios 4; 1 Pedro 4.10, 11 para más ejemplos). Hay muchos dones, la gente tiene diferentes dones, y un don no es superior al otro, algunos tienen más que otros. Todos proceden del Espíritu Santo, y su propósito es edificar el cuerpo de Cristo, la Iglesia.
12.1ss En lugar de edificar y unificar la iglesia en Corinto, los dones espirituales la estaban dividiendo. Se estaban convirtiendo en símbolos de poder espiritual, originando rivalidades, porque algunos pensaban que eran más «espirituales» que otros debido a sus dones. Esta era una forma equivocada de usar los dones espirituales, porque su propósito siempre es ayudar para que la iglesia marche mejor, y no que la divida. Podemos ser divisivos si insistimos en usar nuestros dones a nuestra manera, sin ser sensibles a las necesidades de otros. Nunca debemos usarlos para manipular a otros o servir a nuestros propios intereses.
12.3 Cualquiera puede proclamar que habla por Dios, el mundo está lleno de falsos maestros. Pablo nos da un examen para ayudarnos a discernir si un mensajero es de Dios o no lo es: ¿Confiesa que Jesucristo es Señor? No acepte fácilmente las palabras de alguien que anuncia hablar en nombre de Dios, pruebe sus credenciales descubriendo qué es lo que enseña acerca de Cristo.
12.9 Todos los cristianos tienen fe. Algunos, sin embargo, tienen el don espiritual de la fe, que viene a ser una dimensión poco usual de confianza en el poder del Espíritu Santo.
12.10, 11 «Profecía» no es precisamente una predicción del futuro. Puede ser también predicar la Palabra de Dios con poder. «Discernimiento de espíritus» significa la habilidad para distinguir si una persona que afirma hablar por Dios realmente lo hace, o lo hace de parte del diablo. (Pablo aborda el tema de las lenguas y su interpretación con más detalles en el capítulo 14.) No interesa cuál don o dones tenga una persona, todos provienen del Espíritu Santo. El Espíritu Santo decide cuál don tendremos. Tenemos la responsabilidad de usarlos y agudizarlos, pero no podemos pedir crédito por lo que Dios nos ha dado gratuitamente.
12.12 Pablo compara el cuerpo de Cristo a un cuerpo humano. Cada parte tiene una función especial que es necesaria al cuerpo en su totalidad. Las partes son diferentes con un propósito y a pesar de sus diferencias deben laborar juntas. Los cristianos deben evitar dos errores comunes: (1) sentirse demasiado orgullosos de sus habilidades, o (2) pensar que no tienen nada que ofrecer al cuerpo de creyentes. En lugar de compararnos con otros, debemos usar nuestros diferentes dones, juntos, a fin de difundir las buenas nuevas de salvación.
12.13 La iglesia es compuesta por muchas personas con una variedad de trasfondo y una multiplicidad de dones y habilidades. Es muy fácil que esas diferencias dividan a las personas, como fue el caso en Corinto. Pero más allá de las diferencias, todos los creyentes tienen una cosa en común: fe en Cristo. En esta verdad esencial la iglesia halla su unidad. Todos los creyentes son bautizados por un Espíritu Santo, forman parte de un cuerpo de creyentes, la iglesia. No perdemos nuestra identidad personal sino que poseemos una unidad en Cristo a pesar de seguir siendo individuos. Cuando una persona se hace cristiana, el Espíritu Santo hace en ella su residencia y viene a nacer dentro de la familia de Dios. «A todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu» significa que el mismo Espíritu Santo llena completamente nuestro profundo ser. Como miembros de la familia de Dios, podemos tener intereses diversos así como también dones diferentes, sin dejar de tener una misma meta.
12.14–24 Usando la analogía del cuerpo, Pablo enfatiza la importancia de cada miembro de la iglesia (véase la nota a 12.12). Si alguna parte, considerada sin importancia, es puesta aparte, todo el cuerpo pierde parte de su efectividad. Pensar que su don es más importante que el de otro es orgullo espiritual. No debiéramos menospreciar a aquellos que aparentan ser menos importantes ni ponernos celosos con aquellos que manifiestan dones más impresionantes. Al contrario, debemos usar los dones que se nos ha dado y animar a otros a usar los suyos. Si no lo hacemos, el cuerpo de Cristo perderá mayor efectividad.
12.25, 26 ¿Cómo reacciona usted cuando otra persona es honrada? ¿Cuál es su respuesta cuando una persona está sufriendo? Se nos pide regocijarnos con aquellos que se gozan y llorar con los que lloran (Romanos 12.15). Con frecuencia, desafortunadamente, nos ponemos celosos con los que se gozan y nos apartamos de aquellos que lloran. Los creyentes están en el mismo mundo, no hay tal cosa como cristianismo individual. No podemos estar de acuerdo sólo con nuestra relación con Dios, debemos involucrarnos en las vidas de los demás".
(Biblia del diario vivir)